Hablar de la “saga Santiago” es conjugar sabiduría y arte a la hora de mandar los pasos. Habrá quien no esté de acuerdo, pues “hay gente pa to”, pero yo no tengo duda. Cada uno en su estilo, pues aunque corre la misma sangre por sus venas, su personalidad es distinta y eso se pone de manifiesto, como no puede ser de otra manera, a la hora de tocar el martillo. Pero los tres, Manolo Santiago (q.e.p.d.), Antonio Santiago y Manuel Antonio Santiago, tienen un mismo denominador común: afición, devoción y respeto por algo que es intrínseco a su naturaleza y que forma parte de su día a día.
Y esto es algo que la Hermandad de la Asunción de Cantillana (Sevilla) y la cuadrilla de hermanos costaleros sabe apreciar y valorar. ¡Chapó por vosotros, hermanos! Ojalá todos los que hemos tenido el privilegio de trabajar a las órdenes de esta saga de capataces sevillanos supiéramos reconocer, como vosotros, la lealtad y fidelidad que estos “hombres de negro” llevan años mostrando y demostrando en las hermandades, que con buen criterio, deciden tenerlos y mantenerlos en su nómina de capataces.
Actualmente, y tras el fallecimiento del maestro Manolo Santiago, es Antonio Santiago Muñoz quien más recoge todas las miradas, halagos y, por qué no decirlo, también las críticas, en su mayoría mal intencionadas y llenas de prejuicios, que para nada emborronan una trayectoria que ya quisieran muchos poseer. Evidentemente ésta es una opinión basada y fundamentada desde el conocimiento y la fortuna de haber trabajado con Antonio Santiago, con su hijo Manuel Antonio y su equipo de auxiliares a lo largo de más de una década.
Pero volviendo al objeto de este post, el pasado 12 de Agosto de 2017, la Hermandad de la Asunción de Cantillana rindió un merecido Homenaje a la Familia Santiago por sus XXV años como Capataces de la Cuadrilla de Hermanos Costaleros de Nuestra Señora de la Asunción. Homenaje que tuvo su continuidad tres días después por parte de la propia cuadrilla de hermanos costaleros.
Instantes antes de la salida procesional de la Asunción Gloriosa, se vivió uno de los momentos más emotivos de la jornada, cuando esa cuadrilla, perdón, CUADRILLA, todos por igual, sin fisuras y desde su corazón asuncionista, quiso rendir su particular homenaje a sus capataces, padre e hijo. Bastaron unas palabras y la entrega de un recuerdo, para que “los Santiago” sintieran el cariño y el respeto que sus costaleros le profesan.
María del Pilar Pérez Gómez estaba allí, muy cerquita de ellos, para dar testimonio con su cámara de lo que hoy, unos meses después, quiero compartir contigo. Imágenes que hablan por sí solas y que te invito a que disfrutes de ellas, incluso si eres costalero, a que reflexiones contemplándolas, junto a otros detalles de los momentos previos y salida de la Virgen de la Asunción. Gracias Pilar por este regalo que estoy seguro muchos desconocen y que hoy ve la luz a través de mi blog.
Mi más sincera, cariñosa y emotiva enhorabuena a Manolo Santiago que desde el cielo se sentirá orgulloso del legado que dejó a su hijo y a su nieto. Enhorabuena a mis capataces, pues siempre lo serán, Antonio Santiago Muñoz y Manuel Antonio Santiago Cabello. Estoy convencido de que más allá de los comentarios de taberna o de redes sociales, de rumores y juegos de artificio, sois conscientes de que somos muchos los que os queremos, defendemos y admiramos. Y de que la Santísima Virgen no sólo quiere que sigáis siendo guías delante de su Paso y ojos para sus costaleros, si no también que continuéis otros XXV años más paseándola por Cantillana y por Sevilla, especialmente en esa Madrugada en el que su manto verde tiñe de Esperanza sus calles, plazas y rincones.
