09 octubre 2017

Elecciones en la Hermandad de la Macarena - Santiago Álvarez, mi candidato a Hermano Mayor

El próximo 12 de Noviembre de 2017 todos los hermanos y hermanas de la Hermandad de la Macarena de Sevilla estamos llamados a participar en el Cabildo General Ordinario de Elecciones del cual resultará elegido un nuevo Hermano Mayor y su Junta de Gobierno que se encargarán de llevar las riendas de la corporación durante los próximos cuatros años.

A pesar de posturas en contra, el hecho de que haya dos candidaturas que aspiren a gobernar la hermandad, tiene para mí un significado más que relevante, pues pone de manifiesto que hay ilusión, compromiso, esfuerzo y, por qué no decirlo, pluralidad en el interno de la misma, lo cual siempre es enriquecedor, permitiéndonos contrastar programas, objetivos, propuestas, proyectos y, cómo no, a los candidatos que representan una u otra opción.

Bienvenida sea por tanto esa diversidad siempre que se haga desde el más absoluto respeto y para bien de los que tenemos la fortuna de pertenecer a ésta, cuatro veces centenaria, hermandad. Lo contrario será hacerle un flaco favor al trabajo y a la historia que nos han legado nuestros mayores macarenos, ensuciando la imagen de la hermandad, de los hermanos y de Nuestros Sagrados Titulares. De ahí que, cuando estos días leo ciertos comentarios en las redes sociales, no puedo por menos que pedirle al Señor de la Sentencia que nos ilumine con su Espíritu para no caer en provocaciones, mezquindades, insultos, descalificaciones o cuestiones que no sólo desautorizan a quienes las generan, si no que como he dicho anteriormente, desvirtúan nuestro ADN macareno y dan al traste con el auténtico significado de hermandad y fraternidad.

En esta ocasión y a diferencia de otros comicios electorales, no voy a ser imparcial a la hora de hablar de los candidatos y de su programa. La explicación a esta decisión se enmarca en algo que tiene mucho que ver con sentimientos que desgraciadamente se van perdiendo cada día: La lealtad. Lealtad a quien desde aquella tarde del 25 de Noviembre de 2000, desde su condición de Secretario, tras pronunciar mi nombre pasando lista en el acto previo a la Jura de Reglas, levantó su mirada y dijo: ¿qué tal tu viaje, hermano? Desde ese momento me di cuenta de que me encontraba ante alguien cercano, preocupado por los hermanos, atento y cariñoso.


Como no puede ser de otra manera, me estoy refiriendo a D. Santiago Álvarez Ortega, “Santi”, mi hermano y amigo, quien no sólo me ha demostrado que no estaba equivocado al referirme a sus cualidades humanas, si no que su trayectoria en las distintas responsabilidades por las que ha pasado – Secretario y Mayordomo de Nuestra Señora de la Esperanza, Consiliario Segundo y Teniente de Hermano Mayor – es incuestionable. Por lo que, cuando me comentó su decisión de presentarse como candidato a Hermano Mayor, no solo no tuve ninguna duda en que era la mejor opción para la Hermandad, sino que también podría contar con mi apoyo incondicional y, por supuesto, con mi voto. ¡Ya te tocaba, Santi, ha llegado tu hora, la Hermandad te necesita!

Santiago Álvarez, fiel a su estilo, trata de huir de promesas y “cartas a los reyes magos” que pueden ser muy llamativas a la hora de captar el voto y que después se quedan en papel mojado. Y ese estilo propio de Santi no es otro que “seguir fielmente nuestras Reglas y actuar en todo momento conforme lo dispuesto en ellas, así como en los Reglamentos que la desarrollan”, todo ello desde el trabajo, el compromiso, el esfuerzo y la ilusión en un contexto de vocación permanente al servicio y atención a todos los hermanos.

En el espacio virtual elaborado por su Candidatura para la ocasión puedes encontrar con mayor extensión el desarrollo de cada uno de los objetivos, pero permíteme que, de un modo sistemático, plasme en este post algunas pinceladas sobre ellos:

Por lo que se refiere a los Cultos, fundamentales para la vida espiritual del hermano, se apuesta por celebrar los cultos internos establecidos en las Reglas desde la brillantez, profundidad y solemnidad que caracteriza a la Hermandad, promoviendo la participación activa de los hermanos en base a lo dispuesto en los planes y orientaciones pastorales de la Archidiócesis de Sevilla. Compromiso que se hace extensivo a los cultos externos, sin perder el carácter macareno que identifica tanto a la Estación de Penitencia, como a la procesión de la Virgen del Rosario o al Vía Crucis de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. Manifestaciones públicas de fe que no pueden ser ajenas a los más que necesarios cambios que necesita la Semana Santa hispalense, dentro de un clima de hermanamiento y diálogo, sin olvidar quiénes somos y de dónde venimos. Ante los recientes acontecimientos vividos en la Estación de Penitencia, Santiago Álvarez considera necesario hacer una revisión y mejora de los Planes de Seguridad que garantice el mayor grado de protección de los integrantes de la cofradía, en comunión con los estamos implicados en dicha materia.


Formación y Caridad son los otros dos pilares que, junto a los Cultos, han de apoyarse los cimientos de la Hermandad. Para ello es necesario que se amplíen y articulen los programas formativos necesarios para que puedan llegar a todos los Hermanos. Una Formación que ha de ser permanente y adecuada a edades y colectivos, un verdadero camino para incrementar la devoción a Nuestros Sagrados Titulares desde la profundidad que exige nuestra condición de cristianos. El ejercicio de la Caridad cristiana, desde la Asistencia Social, pasa por ser una de las prioridades para Santiago Álvarez, especialmente dirigida a los hermanos y hermanas en situaciones de necesidad, teniendo prioridad ante otros requerimientos, que también serán atendidos con los recursos excedentes que se destinen a tal fin. Los programas dirigidos a los hermanos se verán potenciados y ampliados de forma que puedan participar en él un mayor número de ellos, sin descuidar la atención a los enfermos y a los que sufren la soledad en sus domicilios.

Respecto a la gestión administrativa y económica de la Hermandad, la candidatura de Santiago Álvarez considera necesario continuar con el camino seguido en este mandato que finaliza y que incluye la optimización y revisión de los datos de la Nómina de hermanos y la mejora de las comunicaciones a través de las nuevas tecnologías de información y comunicación. Para llevar a cabo estos y otros proyectos, es fundamental la colaboración de determinados hermanos y hermanas que puedan desempeñar éstas u otras funciones a modo de auxiliares de la Secretaría, colaboración que se abrirá igualmente a otras áreas como la mayordomía, asesoramientos varios, priostería, archivo, costurero, coral, cultos, asistencia social, formación, etc.

En cuanto a la economía de la Hermandad, ha de llevarse a cabo con criterios de rigor, optimización y transparencia de los recursos, apoyándose para ello en auditorías periódicas. Una de las prioridades de la mayordomía es potenciar la venta en la Tienda de Recuerdos así como la tienda “on-line”, lo que contribuirá al incremento de ingresos atípicos de la Hermandad. La revisión y redistribución del Tesoro de la Hermandad es otro los compromisos a tener en cuenta.


Para concluir, dentro de los objetivos de la candidatura, el equipo encabezado por Santiago Álvarez no duda en seguir potenciando la Basílica como el mejor espacio de espiritualidad, de culto, de celebración de los sacramentos y oración, centro de ese entorno de peregrinación y de devoción mariana al que hermanos y devotos estamos llamados.

Si lo relativo a la Basílica es por sí solo importante, no lo es menos la Casa de Hermandad, para lo que se requiere la finalización cuanto antes de las obras. Ha de ser un espacio que posibilite y fomente la vida de hermandad de una forma real, participativa, compartida y dinámica, donde los hermanos podamos sentirnos plenamente integrados participando de las actividades que se organicen. Un lugar de encuentro, de diálogo, de intercambio de experiencias e ideas. Tanto una como otra, deberán contar con los medios y protocolos de seguridad que garanticen el máximo de seguridad y tranquilidad de todos.


En definitiva, la jornada del próximo día 12 de Noviembre ha de ser toda una exaltación de democracia interna, donde por una vez la razón y corazón han de ir unidos. Cada hermano es un voto y entre todos decidiremos, estoy seguro de ello, lo mejor para la Hermandad, de ahí la importancia de que tanto los que lo hagamos por correo como los que lo hagáis presencialmente, acudáis a poner en valor la importancia de lo que nos jugamos.

Como colaborador de la Candidatura de Santiago Álvarez te invito a que, como yo, apoyes con tu voto al que para mí es la mejor garantía para el gobierno de la Hermandad en este próximo mandato. Invitación que te hago no para que busques algún favor para ti, si no pensando siempre en el conjunto de la corporación. Otorgar la confianza a Santiago Álvarez y al equipo que le acompaña, es dar un voto a la Esperanza, a la continuidad de aquello que ha sido positivo anteriormente y, por supuesto, al cambio, mejora y renovación de todo aquello que nos ha impedido seguir caminando en un ambiente de armonía, unidad, amistad y fraternidad.

Estoy convencido de que con la ayuda de Nuestros Titulares, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, Nuestra Señora del Rosario y María Santísima de la Esperanza Macarena, el día 12-N no habrá vencedores ni vencidos, si no que habrá ganado la Hermandad.