27 marzo 2022

Solemne Veneración a Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras 2022 - Las Heridas del Señor y del alma.


¿Qué difícil es sanar las heridas del alma y del corazón? Ese amargo dolor que se apodera de nosotros por causa de la pérdida de un ser querido, por decepciones o deslealtades que nos infringen aquellos a los que teníamos por amigos. Heridas que nos producen los sinsabores de nuestra propia existencia, de nuestra vida y que a veces parece que no van a cicatrizar nunca, pues nos empeñamos en seguir arrastrando recuerdos lamentables del pasado. 

Sin embargo, ante la presencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras, el que vino a servir y no a ser servido, uno es consciente de que vive inmerso en una contradicción constante. Si somos creyentes ¿Cómo es que no somos capaces en encontrar en su mirada las muestras de amor que el Redentor nos ofrece? ¿Por qué nos cuesta tanto agarrarnos a su mano tendida, bendita mano, en busca del Consuelo para nuestras aflicciones? 








En la Solemne Veneración al Señor de San Sebastián, he podido observar a cuántos se han acercado hasta El para rezarle, suplicarle o darle gracias. No para adorarle, como algunos pueden pensar, pues solo al Dios de los Cielos es a quien debemos profesar adoración, mostrarle nuestras alabanzas y respeto. 





Veneración que nos permite estar cerca de esta Bendita Imagen del Señor, al que podemos contemplar sus golpes, latigazos, magulladuras, su maltrecho cuerpo a causa de los golpes infringidos por quienes no tuvieron compasión con el Salvador del mundo. Heridas, en definitiva, que personalmente, me ayudan a ver con mayor claridad al menos dos aspectos de mi vida cristiana. 









Por un lado, mi egoísmo, al no saber encontrar en El la respuesta a esas heridas del alma a las que me refería al principio. A las continuas zancadillas y adversidades con las que me encuentro – muchas de ellas provocadas por mí mismo – como consecuencia de actitudes o comportamientos que nunca deberían producirse. Con lo sencillo que sería dejar de lado ese exceso de protagonismo, de querer hacer y controlarlo todo, de ocupar un espacio que no me corresponde o que podría ser compartido con otras personas. 

Y, por otro, me doy cuenta de que no solo fueron aquellos despiadados los únicos culpables del dolor y del sufrimiento al que fue sometido el Despojado. Nosotros, yo también, somos responsables de su muerte en la Cruz. Nosotros también le azotamos, le golpeamos, le escupimos, le despojamos… Nuestros actos, nuestras palabras, la ausencia del perdón y del arrepentimiento, son también causa de su profunda Herida. 


Por ello, os invito, me auto invito, a mirar sus heridas, de las que todos somos responsables, y que encontremos en la ternura de su mirada el amor que nos dio, que nos da, para que nuestro corazón se transforme en un corazón noble, limpio, cercano, que nos ayude a despojados y no despojados, a dar Caridad y Consuelo a los que nos rodean.













16 marzo 2022

Esperando a Jesús Despojado - Cuaresma 2022

 

Muchos y variados son los pasajes de la Biblia que hacen referencia a la venida o espera de Jesús: 



Hechos 1:10-11, “Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. 


Lucas 21:27, “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.


Apocalipsis 1:7, “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.

 

Mateo 24:36, “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo el Padre”. 


Pedro 3:8-9, “Mas, Oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. 

Jesús prometió a sus discípulos que él regresaría otra vez. En la Biblia, Juan 14:1-4 escribe: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”.


Estemos atentos, pues a la venida del Señor, mantengámonos en vela, despiertos en todo momento y preparados espiritualmente. Despojémonos de todo aquello que nos impide estar en permanente vigilia, especialmente del pecado. Dejemos a un lado lo banal, lo superfluo, lo material y confiemos firmemente en el inminente retorno del Hijo de Dios. 


Oremos, en este tiempo cuaresmal, y pidámosle a Nuestro Padre Jesús Despojado, con la intercesión de María Santísima de la Caridad y del Consuelo, que nos aparte del mal, de la injusticia, del odio y el rencor. Que no nos cueste aceptar que hemos ofendido a nuestros hermanos, a nuestras hermanas. Reconozcamos nuestros errores y debilidades y sepamos pedir perdón. Aceptemos la diferencia del otro, sus fallos, sus distintas formas de sentir y de pensar. Su perdón.



Fotografías realizadas en la Iglesia de San Sebastián de Salamanca, el domingo 13 de Marzo de 2022, horas antes del Santo Vía Crucis organizado por la Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca.