
Muchos y variados son los
pasajes de la Biblia que hacen referencia a la venida o espera de Jesús:
Hechos 1:10-11, “Y estando
ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se
pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también
les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo
Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto
ir al cielo”.
Lucas 21:27, “Entonces verán al
Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.
Apocalipsis 1:7, “He aquí que
viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los
linajes de la tierra harán lamentación por él”.
Mateo 24:36, “Pero del día y la
hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo el Padre”.
Pedro 3:8-9, “Mas, Oh amados,
no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años
como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
Jesús prometió a sus discípulos
que él regresaría otra vez. En la Biblia, Juan 14:1-4 escribe: “No se turbe
vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre
muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra
vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”.
Estemos atentos, pues a la
venida del Señor, mantengámonos en vela, despiertos en todo momento y
preparados espiritualmente. Despojémonos de todo aquello que nos impide estar
en permanente vigilia, especialmente del pecado. Dejemos a un lado lo banal, lo
superfluo, lo material y confiemos firmemente en el inminente retorno del Hijo
de Dios.
Oremos, en este tiempo
cuaresmal, y pidámosle a Nuestro Padre Jesús Despojado, con la intercesión de María Santísima de la Caridad y del Consuelo, que nos aparte del mal,
de la injusticia, del odio y el rencor. Que no nos cueste aceptar que hemos
ofendido a nuestros hermanos, a nuestras hermanas. Reconozcamos nuestros
errores y debilidades y sepamos pedir perdón. Aceptemos la diferencia del otro,
sus fallos, sus distintas formas de sentir y de pensar. Su perdón.
Fotografías realizadas en la Iglesia de San Sebastián de Salamanca, el domingo 13 de Marzo de 2022, horas antes del Santo Vía Crucis organizado por la Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca.