22 noviembre 2017

Rezo del I día del Septenario Doloroso de María Santísima de la Caridad y del Consuelo

LA PROFECÍA DE SIMEÓN: EL PRIMER DOLOR DE MARÍA

Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del sacerdote Simeón sumergió a María, su madre, en profundo dolor, al oírle decir al anciano: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel, y una espada traspasará tu alma, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones”. (Lucas 2, 22-35)










“Y a ti una espada te atravesará el alma”; Seguramente estas palabras resonaron muchas veces en la mente de María desde que las escuchó aquel día en el templo. Desde que Ella dio su primer SÍ al ángel anunciador, muchos miedos la visitarían por las noches y le sorprenderían con un escalofrío en medio de sus quehaceres cotidianos. Como toda madre, estaría preocupada por el futuro de su Amado Hijo y de la relevancia que su vida y sus obras iban a tener para el futuro de la Humanidad.

Cuántas veces observaría en silencio a Jesús mientras lo veía crecer, jugar, trabajar...al mismo tiempo que aquellas palabras del profeta Simeón marcaban cada hora en una inevitable y temida cuenta atrás.














María nos enseña así el verdadero significado de las palabras “entrega” y “fe”. Se entregó a Dios sin reservas y, muy probablemente, sin comprender la magnitud de la misión sin precedentes que le había sido encomendada. Pero con la fuerza de la fe como motor de su existencia, con la confianza absoluta en el plan divino y sabiendo que el tiempo de Dios no es el tiempo de los hombres, entendiendo que Dios, simplemente, sabe más.

























Desde aquella visita al templo en la que Simeón reconoció de inmediato a Jesús como el Mesías, comenzó la espada del dolor a hundirse en el corazón de María. El dolor de una madre consciente de que debía entregar a su Hijo y exponerlo al sufrimiento y a la humillación para la salvación de todos. Un dolor que se hace patente hoy en muchos hombres que han sido despojados de los derechos más fundamentales y para los que María es fuente de Consuelo.
























María nos regala un mensaje sobre el amor absoluto hacia los hombres. Ella, la primera cristiana, se muestra como modelo de todo verdadero creyente ya que nos precedió en el camino de la fe llevando a cabo la misión sagrada que le asignaron.




































Hoy, María nos invita a recorrer este camino de fe y entrega, a demostrar nuestra grandeza por medio de la sencillez y de la humildad, a comenzar a su lado esta misión de Caridad y de Consuelo. Esta misión de Amor.



































Las palabras del "viejo Simeón" flotaban en el ambiente en este Primer Dolor de María, con el que la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo, dio inicio a la "Misión Caridad y Consuelo" y al "Septenario Doloroso" que culminará con la Estación de Penitencia hacia la S.I.B el 25 de marzo de 2018.

Hasta ese momento, la Sagrada Titular de la Hermandad visitará siete lugares significativos por los que discurrirá este Septenario Doloroso que, como te contaba, se inició el pasado viernes 17 de Noviembre de 2017. A las 20:00, y desde la sede canónica de la Hermandad, el cortejo partió con destino a la Iglesia de San Sebastián, a través de la plaza de San Benito, calle de la Compañía, Rúa Antigua, Plaza de Anaya, Iglesia de San Sebastián, para retornar a la Iglesia de San Benito por la calle de Francisco Vitoria, Plaza San Isidro y Compañía.

Durante el recorrido acompañando a la Madre de la Caridad y del Consuelo, los hermanos y hermanas fuimos rezando los Misterios Dolorosos del Santo Rosario, cada uno de ellos con una intención concreta (los enfermos y necesitados, la Diócesis de Salamanca - Unidad Parroquial de la Purísima, por los proyectos de caridad de la hermanad y las comunidades de Fe y Luz y por el aumento del amor y devoción a María, mediadora e intercesora ante del Hijo de Dios Despojado)

En el interior de la Iglesia de San Sebastián los hermanos escuchamos las palabras de Simeón y dirigimos nuestra oración a nuestros hermanos, bienhechores, familiares y amigos difuntos. El párroco D. Policarpo Díaz Díaz fue el encargado de recibirnos y trasladarnos su mensaje pastoral, tras el cual y con el frío como uno más de nosotros, retomamos el camino de vuelta a San Benito pasadas las 22.00 horas.

Una acompañante de excepción fue la fotógrafa cofrade, colaboradora de este blog, María del Pilar Pérez Gómez, quien además de conocer in situ otras formas de vivir la piedad popular, ha querido contribuir generosamente con este amplio y maravilloso reportaje gráfico que estoy seguro no será el último por estas tierras salmantinas. Gracias Pilar una vez más por estos detalles y por tu amor y devoción a Nuestros Titulares. Que Ellos llenen tu corazón de Caridad y Consuelo y lo despojen de todo aquello que te impida rebosar de Esperanza.