28 febrero 2013

Felicidades "despojados" - V Aniversario Fundacional


El domingo 3 de marzo de 2013 se cumplen cinco años desde que Monseñor Carlos López, Obispo de Salamanca, concedió la erección canónica a la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo de Salamanca. En su escrito, venía a decir entre otras cosas lo siguiente:

D. Ángel Hernández Torres, D. Javier Ramos del Brío, Don Oscar García Rodríguez y otros 87 fieles católicos han solicitado la creación de una nueva hermandad penitencial y de caridad con el título de Hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo.

Examinada la documentación presentada en relación con el ideario fundacional, los fieles que se integran, el parecer favorable de otras cofradías de la ciudad de Salamanca y la autorización del Rector de la Iglesia del Espíritu Santo para establecer en ella la sede canónica, así como el proyecto de Estatutos, estimamos que dicha Hermandad está bien orientada teológicamente e integra adecuadamente su actividad en el marco de la pastoral diocesana.

En particular, hemos revisado los Estatutos y los hemos encontrado en conformidad con la disciplina canónica. Por todo ello, contando también con el parecer favorable de la Delegación de Apostolado Seglar, aprobamos los Estatutos de la "Hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo" y erigimos canónicamente dicha Hermandad como Asociación Pública de Fieles.

Sin duda fue un día de inmensa alegría para todas y todos los que habíamos sumado nuestras ilusiones y nuestro trabajo con la sola y única intención, que se resumía en uno de los párrafos del proyecto presentado para la fundación de la asociación:

Nuestra intención no es que Salamanca cuente con una nueva Procesión de Semana Santa, cuestión siempre opinable o discutible. Queremos y en ello va nuestro empeño y compromiso, que la sociedad salmantina se beneficie de nuestra presencia como Asociación Publica de Fieles integrada en la Diócesis de la ciudad y que bajo la devoción a unas advocaciones concretas, contribuya a impulsar el Amor a Dios, a la Virgen María y al prójimo, fomente la paz y la fraternidad, la oración y la penitencia, la caridad y la solidaridad, viva en comunión con el resto de Hermandades y Cofradías salmantinas y que en una época del año concreta, la Semana Santa, seamos un perfecto espejo donde los demás comprendan la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.

Los más jóvenes de la hermandad o de la Sema Santa salmantina, tal vez hayan asistido a charlas, conferencias o visitado páginas webs, foros o blogs, donde se habla de la historia de la fundación de esta hermandad, mi hermandad. Pero aprovechando estos primeros cinco años desde que, como digo, fue erigida canónicamente, me gustaría contarte algunas cosas que forman parte de la historia de la misma y que solo algunos tuvimos la oportunidad de vivir, de compartir y por tanto, de conocer.

Allá por mayo de 2001, una vez pasada la Semana Santa de aquél año, quise darle forma a una idea que rondaba mi cabeza desde hacía tiempo y que a través de mi experiencia, conocimientos y la ayuda de algún experto en temas cofradieros, conseguí tras varios meses de trabajo, elaborar un proyecto de fundación de hermandad para la Semana Santa charra. Una proyecto de hermandad cuyos pilares y fundamentos no distan muchos de los actuales, destacando especialmente la titularidad y lema de la misma y con ello la advocación a la figura de Jesús. “Yo soy el camino” y "Nuestro Padre Jesús del Gran Poder" eran el lema y la advocación que elegí como propuesta, basándome desde nuestra condición de pecadores, debíamos dedicar nuestro esfuerzo y sacrificio en la promoción del significado más extenso de “Gran Poder”: Gran Poder de Amor a Dios y a la Virgen María. Gran Poder de Amor al prójimo. Gran Poder de Oración y Evangelización. Gran Poder de Fraternidad. Gran Poder de Auxilio y Caridad.

He de confesarte, de confesaros, que el proyecto fue lo suficientemente atractivo para determinados cofrades – amigos, que no dudaron en prestar su apoyo y hacer suyo el proyecto. No sé si alguien se molestará por la publicación de su nombre en el blog (si fuera así ruego me lo haga saber para retirarlo) pero creo que no está demás hacer un pequeño homenaje aquellos/as que fueron los primeros impulsores de lo que hoy es la corporación de San Benito. Me estoy refiriendo a Diego Porteros, Isabel Gajate, Juan Carlos Váquez, Miguel Ángel Ledesma, Arturo López, Ángela y Kiko Hernández Cabezas y un servidor.

La propuesta fue presentada a la Orden de los Carmelitas Descalzos de Salamanca, en la persona de su prior, quien igualmente la acogió con sumo agrado, lo que generó grandes expectativas entre el grupo de “fundadores” pues, sin duda, la iglesia y la comunidad del Carmen era un lugar que aglutinaba muchos y positivos factores para poder desempeñar los fines que perseguíamos. Pero cuando todo parecía que iba a culminar con un resultado satisfactorio hacia nuestras inquietudes, una votación de los miembros de la comunidad, con un estrecho margen de resultado, dio al traste con todas nuestras ilusiones, pues un voto fue suficiente para que no se aceptase la ubicación y fundación de la futura hermandad en el seno de la orden del Carmelo. Y de este modo y manera, abatidos y desilusionados, decidimos “meter el proyecto en el congelador” sine die.

Y ese día llegó cinco años después. Un grupo de cofrades salmantinos nos desplazamos a Sevilla para participar y vivir la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza de la Trinidad (10 de Junio de 2006). He de confesarte que vivimos un fin de semana inolvidable, tanto en lo personal como en lo espiritual. Sin duda eran otros tiempos, otras maneras de sentir y pensar, y muchas ganas de hacer cosas, de cambiar formas y maneras de concebir la Semana Santa.

Como no podía ser de otra manera, la Esperanza estaba con nosotros. Y quiso que, en torno a un ambiente de armonía, de amistad, de fraternidad, y en presencia de Ntro. Padre Jesús de la Caridad en su Tercera Caída y Ntra. Sra. del Desconsuelo, Sagrados Titulares de la todavía hoy Humilde Asociación Pro-Hermandad de la Barriada de Los Príncipes, ese grupo de cofrades nos “conjurásemos” `uniendo nuestros corazones para iniciar un nuevo intento de fundación de hermandad de penitencia.

He de admitir que la presencia de Javier Ramos del Brío, Manuel Vicente, Carolina Jiménez Gascón, junto a la de los citados Diego Porteros, Miguel Ángel Ledesma, o las incorporaciones de Oscar García, Arancha Ramos, Manuel García Bellido, Alberto Vela, fueron determinantes a la hora de impulsar esta obra con garantías de éxito, si me permites la expresión.

A partir de ahí se revisó el proyecto inicial, que si bien en esencia se mantuvo casi íntegro, si que sufrió cambios destacados como el lema “Dios es Amor” o las advocaciones que después darían nombre y título a la hermandad: Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo.

Fueron dos años duros y de intenso trabajo, en el que las ideas no dejaban de fluir – estoy convencido de que la presencia del Espíritu Santo fue definitiva en ello – el trabajo en equipo era la clave y las aportaciones de todos, sin excepción, contribuían a que en los momentos de flaqueza uniésemos nuestras manos para levantarnos y seguir caminando.

No sería justo olvidar la presencia del Vicario General de la Diócesis de Salamanca, D. Florentino Gutiérrez, quien fue el mejor asesor que pudimos encontrar a la vez que se convirtió en el primer interlocutor entre el obispado y la pro-hermandad. Varios eran los requisitos que habíamos de cumplir para poder presentar un proyecto con un mínimo de garantías para ser aceptado y varios los compromisos que asumimos de llevarse a cabo tal decisión. Evidentemente, la presentación de los Estatutos de la Hermandad y el proyecto de la misma, a los que se unieron dos difíciles “exigencias” que a priori no contábamos. Por un lado debíamos de disponer de una sede canónica, cuestión harto difícil en esta ciudad y, por otro, recabar la postura por escrito del resto de hermandades, cofradías y congregaciones salmantinas, a cerca de la posible incorporación de la nueva hermandad a la nomina de la Semana Santa.

Encontrar una sede canónica fue algo que estuvo a punto nuevamente de terminar con la ilusión de los promotores, si bien, el Espíritu Santo quiso de nuevo llevarnos hasta la iglesia que lleva su nombre donde fuimos acogidos hasta que su rector quiso. Con respecto al apoyo o no de las hermandades salmantinas, significar que la amplia mayoría estuvieron y manifestaron su disposición a favor de la creación de la hermandad, por lo que poco a poco fuimos cumpliendo los requisitos marcados desde el obispado.

Otro paso más fue conseguir una “masa social” relevante que apoyara y diera impulso al proyecto. Cerca de 80 personas dieron su apoyo, algo importantísimo y de muchísimo valor ya que la Hermandad no estaba aún constituida, carecía de Imágenes Titulares, etc.

El asesoramiento del Secretario del Obispo, D. Francisco Delgado, fue igualmente fundamental, especialmente en lo concerniente a los estatutos, los cuales fueron reestructurados y reducidos antes de su presentación oficial en Junio de 2007.

Puedes imaginar que la respuesta tanto afirmativa como negativa del Obispo se hizo más que larga, por lo que los promotores decidimos realizar, aun sin ser Hermandad reconocida, nuestro primer acto. Fue un día inolvidable, al menos para mí, pues marcó un antes y un después en mi vida. El 6 de Enero de 2008, en la residencia de la Hermanitas de los Pobres, celebramos junto a los ancianos y a las hermanitas la Eucaristía del día de la Epifanía, seguida de una representación de la Adoración de los Reyes Magos al niño Jesús, y concluyendo con el canto de villancicos y la entrega de unos regalos a los residentes, empleados y madres.

Siguiendo con la línea iniciada, el 24 de Febrero de 2008 la pro-hermandad organizó con la colaboración de la Agrupación Musical La Expiración y la Agrupación Musical OJE, un Concierto Solidario, destinando toda la recaudación a Caritas. Ese mismo día el Obispo envió una carta a los promotores manifestándoles la aprobación del proyecto, instándoles a realizar algunos cambios en los estatutos antes de dar el Decreto de erección definitivo y la aprobación final de los mismos.

De este modo y como te contaba al inicio del post, el 3 de Marzo de 2008 y después de un largo y duro camino recorrido, quedó aprobada canónicamente la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo. Como es lógico, la noticia supuso un impulso y una alegría enorme en cada uno de los promotores que tanto habían luchado por conseguir este objetivo.

Muchas son las anécdotas, los buenos momentos y otros no tanto, las ilusiones y la Esperanza que podría contarte pero, sobre todo, quiero destacar la aportación, el compromiso y el propósito que todos y cada uno de los promotores teníamos: tomar el ejemplo de Jesús, de su vida, de su amor, de su entrega a los demás como la principal razón de la creación de este sueño hecho realidad y contar siempre con la presencia de la Madre, como gran intercesora y modelo a seguir. Sin duda, Ellos nos llevaron de la mano durante este caminar que algunos privilegiados y elegidos, tuvimos la oportunidad de vivir y que hoy es el fruto de lo que para muchos es la manera de manifestar y potenciar su fe.

No voy a contar lo que ha ocurrido después en estos cinco años, pues hay muchas fuentes a las que acudir y distintas, variadas e incluso inexactas versiones sobre algunos hechos que nunca debieron producirse. Solo me resta felicitar a todos mis hermanos y hermanas “despojados” por este V Aniversario Fundacional, y os animo a que sigáis construyendo este proyecto que apenas si ha empezado a andar y que desgraciadamente entre unos y otros hemos permitido que tropiece más de lo necesario. Estoy convencido de que Jesús Despojado y su Madre Bendita, María Santísima de la Caridad y del Consuelo, seguirán dándonos su Amor y Esperanza para que entre todos podamos seguir haciendo gala de ese bonito mensaje que nos legó “He venido a servir y no a ser servido”.


Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes.

(Salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9)