17 marzo 2010

250 años de la hechura de Nuestro Padre Jesús Flagelado - Salamanca 2010


250 AÑOS EN TORNO A TI

La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado de Salamanca no ha querido pasar por alto una efemérides que sin duda quedará grabada en la historia de la misma, pues conmemorar el 250 Aniversario de la realización de la imagen del Señor del Miércoles Santo salmantino no está al alcance de cualquiera.

De la mano de su Vice Hermano Mayor, D. José Manuel Canal Boyero, coordinador de la obra, se presentó en la tarde del martes 16 de marzo de 2010 el libro “250 AÑOS EN TORNO A TI”. El acto tuvo lugar en el Aula Minor B de la Universidad Pontificia de Salamanca (antigua sacristía) y contó con la presencia del Alcalde y del Concejal de Turismo, el Consejo Rector de la Junta de Semana Santa y varios representantes de las Hermandades, Cofradías y Congregaciones salmantinas, junto a un amplio número de cofrades y amigos de esta Hermandad.

Todo el libro, como no podía ser de otra manera, gira en torno a la talla de Luis Salvador Carmona (Nava del Rey, Valladolid, 1709 - Madrid, 1767), y es un compendio de artículos y fotografías que acercan al lector desde distintos capítulos: una visión de la sede canónica donde se da culto a la Sagrada Imagen (La Clerecía); la historia de la Hermandad; la primera procesión del Flagelado allá por 1913; el estudio de la obra y un semblante del escultor-imaginero vallisoletano; la anatomía en Jesús Flagelado; aspectos teológicos y pastorales del Señor de la Flagelación para concluir con unas breves reflexiones de los hermanos mayores y presidentes de las hermandades salmantinas en torno a la venerada imagen.

Nuestro Padre Jesús Flagelado procesiona en la tarde – noche del Miércoles Santo, siendo portado a hombros por sus hermanos de paso, los cuales tienen por costumbre no apoyar los zancos en todo el recorrido. Puedo afirmar, sin riesgo a equivocarme, que éste es uno de los cortejos más serios de la Semana Santa salmantina, pues en el mismo se concitan varios elementos que lo hacen acreedor de ello. A la impresionante imagen de Salvador Carmona, se le une la seriedad y disciplina que los hermanos ponen a la hora de manifestar su fe públicamente, ataviados con un hábito en el que se mezclan el negro de su túnica y capa con el eminencia de su capirote y fajín. Cierra la procesión Nuestra Señora de las Lágrimas que acompaña al Señor desde 1992, siendo portada por las mujeres de la hermandad.


En definitiva, merece la pena acercarse a este libro (se puede adquirir en la Hermandad) en el que “el Cristo Torero de la Clerecía” - que diría Cayo Martínez Lara -, es el centro de esta celebración.


Mi más sincera enhorabuena a la junta directiva de hermandad y a todos sus miembros y, de un modo especial, al citado José Manuel Canal, hermano y amigo, del que estoy seguro que ha visto compensado con este trabajo no pocos desvelos y dolores de cabeza, siempre ayudado desde el cielo por nuestro querido amigo Ignacio Canal, su padre.

Advierto, Señor, tu cuerpo desnudo, a la vista de todos, para acrecentar aún más tu degradación; te han Despojado de tus vestiduras y amarrándote a una columna veo tu espalda arqueada, tus piernas dobladas, tus rodillas marchitas, sangre y dolor… Y tu mirada fija en el horizonte, tal vez buscando el Consuelo de tu Madre, que te espera fuera envuelta entre Lágrimas de sufrimiento.

Y tu dolor, Jesús Flagelado, es mi dolor; tus llagas son mis llagas; tus heridas son mis heridas; tus golpes son mis golpes… Mis pecados, mis debilidades, mis ofensas, se han convertido en latigazos, por eso tu daño es aún más grande. Sufro por ti, Señor, al verte abatido, doblegado, llorando y gimiendo, retorcido alrededor de la columna.


Mi corazón se desgarra ante semejante escena. “Y a Jesús, después de mandarlo a azotar, lo entregó para que lo crucificaran” (Mateo 27,26). Pero me queda tu mensaje de salvación, Señor. Sé que tanto sufrimiento no es en balde. Que tu amor es Caridad infinita para todos los hombres, que tu Palabra es alimento para nuestra fe y que tus hechos son el mejor testimonio para seguir tus pasos.