15 enero 2010

Semillas para el sufrimiento



BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN, PORQUE ELLOS SERÁN CONSOLADOS

Las Bienaventuranzas son desconcertantes, pero también camino de felicidad. Veamos.

1 – El sufrimiento en la Palabra de Dios:

San Pedro nos previno: “Queridos, no os extrañéis del fuego que ha prendido en medio de vosotros para probaros, como si os sucediera algo extraño, sino alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis alborozados en la revelación de su gloria” (1 P 4, 12-13). San Pablo nos enseña: “La predicación de la cruz es una necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios… Así, mientras los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los hombres” (1 Co 1, 18-25).


2 – El sufrimiento en la Tradición:
San Agustín, en su Sermón sobre los pastores, dijo: "Los cristianos tienen que imitar los sufrimientos de Cristo, y no tratar de alcanzar los placeres. Se conforta a un pusilánime cuando se le dice: Aguanta las tentaciones de este siglo, que de todas ellas te librará el Señor, si tu corazón no se aparta lejos de él. Porque precisamente para fortalecer tu corazón vino él a sufrir, vino él a morir, a ser escupido y coronado de espinas, a escuchar oprobios, a ser, por último, clavado en una cruz. Todo esto lo hizo él por ti, mientras que tú no has sido capaz de hacer nada, no ya por él, sino por ti mismo".


3 – El sufrimiento en el Magisterio
Juan Pablo II en la Homilía durante la clausura de la XV Jornada Mundial de la Juventud, en Tor Vergara (Roma, 20 de agosto de 2000) predicó lo siguiente: "Celebrar la Eucaristía comiendo su carne y bebiendo su sangre significa aceptar la lógica de la cruz y del servicio. Es decir, significa estar dispuestos a sacrificarse por los demás, como hizo Él". El sufrimiento, según el profundo pensamiento del Papa Juan Pablo II en la Carta Apostólica Salvifici Doloris nº 31, es "verdaderamente sobrenatural y a la vez humano. Es sobrenatural, porque se arraiga en el misterio divino de la redención del mundo, y es también profundamente humano, porque en él, el hombre se encuentra a sí mismo, su propia humanidad, su propia dignidad y su propia misión".

4 – El sufrimiento en la Cultura
Jesús Higueras, en un artículo de ABC titulado La Cruz afirma: «Amar es arriesgarse a sufrir. Cristo asumió ese riesgo, manifestando así que el amor de Dios por el hombre llega hasta el extremo de poder perderlo todo por el amado. Muchas veces nos maravillamos del sufrimiento, del dolor del cuerpo del Crucificado, pero olvidamos el dolor del alma de Cristo, pues Él pidió experimentar todos los dolores de todos los hombres de todos los tiempos, también los míos, para poder decir a cada ser humano: No soy un Dios indiferente a tu tragedia personal. Yo sufro contigo y muero contigo para que tú puedas resucitar conmigo». Clives S. Lewis años después de su conversión, en 1940, escribió El problema del dolor. En este libro dice lo siguiente: “El dolor como megáfono de Dios es, sin la menor duda, un instrumento terrible. Puede conducir a una definitiva y contumaz rebelión. Pero también puede ser la única oportunidad del malvado para corregirse. El dolor quita el velo de la apariencia e implanta la bandera de la verdad dentro de la fortaleza del hombre rebelde”.

Florentino Gutiérrez. Sacerdote Salamanca, 8 de diciembre de 2009