26 abril 2022

Mañana de Viernes Santo, la Esperanza Macarena regresa a su barrio

Las mañanas del Viernes Santo, en el entorno de la Basílica Macarena son, cuanto menos, únicas, especiales y, si se me permite, espectaculares. Es un compendio de fe y devoción, de fervor y entrega, de felicidad y emoción, de padres e hijos, de vecinos y foráneos, de sonidos y flores… Se respira Esperanza por cada rincón de las calles aledañas (Feria, Relator, Parras, Resolana). 

Con este post, hecho con el más absoluto respeto, pretendo mostrar otra vertiente de la piedad popular que, en absoluto, debe estar reñida con la sobriedad o la austeridad que se vive a lo largo de la noche. Es un conjunto de fotografías, realizadas desde uno de los balcones de la calle Parras, en la vivienda de D. Antonio y Dª Rosa (gracias miles por su hospitalidad) con el que se puede palpar todo lo que se vive en las horas previas a la llegada de la Esperanza Macarena a su Basílica. ¡La Vecina vuelve al barrio bajo los hombros de sus costaleros! 

Ni que decir tiene que, si alguien considera invadida o afectada su intimidad, bien por que se trate de imágenes de menores, de nazarenos descansando, de músicos o costaleros, de momentos personales o privados, solamente tiene que contactar conmigo e inmediatamente retiro la fotografía, con las correspondientes disculpas por haber usurpado su derecho a la intimidad. Del mismo modo, si alguna de las personas que aparecen en el post, desea tener la fotografía sin marca de agua, le invito igualmente a contactar conmigo y gustosamente se la envío por correo electrónico sin coste alguno. Ya me considero suficientemente pagado con haber podido fotografiar al Señor y a la Madre de Dios y, por su puesto, a todo un barrio que les entrega con pasión su amor, su corazón, su alma. 

Un millón de gracias por permitirme disfrutar con mi cámara fotografiando estos entrañables momentos, detalles y miradas, emociones y sensaciones, pues son un regalo que solo Ella, Nuestra Madre de la Esperanza, es capaz de provocar en todos y cada uno de nosotros, sus hijos. 

¡Viva Nuestro Padre Jesús de la Sentencia!

 ¡Viva María Santísima de la Esperanza Macarena!