23 abril 2022

Estación de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Lealtad Despojado 2022 - Martes Santo Cáceres

 
Fundar una hermandad no es tarea fácil. Bien lo saben quienes formaron parte conmigo de la gestora encargada de la fundación de la Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca. No voy a utilizar la palabra “circunstancias” para que no se moleste mi hermano Alberto Vela Maíllo (q.e.p.d.) y si diré que muchos son los factores que hay que tener en cuenta, así como los sacrificios personales, la dedicación, ayuda de terceros y, sobre todo, hacer las cosas bien y desde el corazón, pues los errores no faltan y más pronto o más tarde acaban pasando factura. 

La Hermandad de Nuestro PadreJesús de la Lealtad Despojado de Cáceres, su Hermano Mayor y Junta de Gobierno, también han pasado por ello. Por lo que, el pasado Martes Santo, antes de iniciar su Primera Estación de Penitencia, no era de extrañar ver esas caras en las que la ilusión y los nervios traspasaban los capirotes. Y, por si no fuera suficiente, la lluvia había hecho acto de presencia toda la tarde, si bien permitió que su Sagrado Titular pudiese ser admirado por las calles cacereñas tal y como estaba previsto. 

En representación de la Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca, tuve el privilegio de acompañar a los hermanos de la corporación cacereña. Primero, porque como hermandad madrina de la Bendición Solemne del Señor, teníamos la obligación de estar presentes. Y, segundo, porque así se lo prometí a su Hermano Mayor, Alberto Portillo Roa, a quien le agradezco la oportunidad de poder acompañarle, de vivir en primera persona lo que se siente al ver salir a tu “Señor” por vez primera a la calle. Confieso, sin rubor, que su emoción era también la mía, pues yo no tuve la oportunidad de vivir aquellos momentos como hermano mayor, en los que “mi Jesús Despojado” salía desde la Iglesia de la Purísima en la tarde del Domingo de Ramos de 2021, ahora hace diez años. 

Imágenes hay muchas, pero Jesús Despojado solo uno, y el Señor quiso que, junto a mi admirada y admirable mujer, Pilar, nos trasladásemos a Cáceres. Ella para realizar el reportaje gráfico de la procesión y yo, como he dicho, porque tenía que ser así. Aunque pueda estar de más decirlo, aclarar que los gastos corrieron por nuestra cuenta (siempre hay mentes a las que les gusta especular con todo). 

Pasadas las 20:30 de la tarde, desde el Palacio Episcopal partió la cofradía a los sones de la AgrupaciónMusical “La Expiración” de Salamanca, recorriendo lugares emblemáticos de Cáceres, como la Plaza Mayor, la Iglesia de San Juan, Santo Domingo – donde se realizó la Estación de Penitencia propiamente dicha – la Plaza de la Audiencia y el Oratorio de San Pedro de Alcántara (sede canónica de la Hermandad) hasta concluir en torno a la 1:30 de la madrugada del Miércoles Santo de nuevo en el Palacio Episcopal. 

Además de agradecer a Pilar PérezFotografía Cofrade su trabajo y cesión de los vídeos y fotografías realizadas,  sería injusto no hacerlo a la persona de Alberto Portillo, hermano y amigo por su lealtad, cariño y amistad; al capataz Jorge Jesús Sánchez Rodrigo, por dedicar la llamada de sus costaleros a la Hermandad de Jesús Despojado de Salamanca y a mi persona en particular; a D. Francisco Javier Romero, Director Espiritual de la Hermandad por sus palabras; a todos los miembros de la hermandad por sus atenciones y a la Agrupación Musical “La Expiración” por su paciencia y, cómo no, por su acompañamiento musical.