Martes Santo de 2023. Nuestro Padre Jesús de la Lealtad Despojado espera en su paso. Los costaleros y costaleras van llegando a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. Aún quedan dos horas para que se abran las puertas del lado de la calle Sanguino Michel. Sus caras reflejan la emoción y los nervios contenidos. Desde que el pasado 22 de Enero tuviera lugar la “igualá” han transcurrido más de dos meses en los que los ensayos han servido para adquirir “fuerza” física y mental, toda una puesta a punto para que esa tarde solo se escuche un solo rachear, una sola voz, un solo corazón.
Uno tras otro, una tras otra, se agolpan en el patio de la parroquia. No faltan los besos, los abrazos (aquellos que no pudimos darnos en la Semana Santa de 2020), las miradas de complicidad. Llega el capataz y su equipo, también algunos componentes de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo del Humilladero, músicos cofrades cuyas notas musicales son oraciones para el Señor de la Lealtad.
Y comienza el ritual de hacerse la ropa. ¡Hoy tiene que estar mejor que nunca! La explanada de la parroquia se convierte en un “baile” cuya coreografía va marcando los momentos en los que costaleras y costaleros se atavían para proteger su cuerpo de lesiones durante la Estación de Penitencia. La cuadrilla es hermandad y hermandad es compartir, incluso para hacerse la ropa.
Se reparten los cuadrantes con los relevos. “Aquí entro, aquí sales…” Unos y otras comentan con ilusión el “trabajo” que le corresponde. ¡Atentos, habla el capataz! Todos escuchan con atención sus palabras, sus últimas órdenes, aquello importante a recordar de los ensayos. En círculo, en señal de “Lealtad a Ti”, los hermanos costaleros prestan atención “a los que se manda”, mientras la fotógrafa María del Pilar Pérez Gómez no permite que se le escape un detalle de lo que sucede. Ellos y ellas, ajenos a lo que van a vivir, a lo van a sentir, a lo que van a compartir, no se dan cuenta de que son observados por esa cámara que “rezuma” incienso cofrade por los cuatros costados.
Las últimas fotos para la posteridad ponen el punto y seguido a lo que está por venir. Cáceres espera a Jesús de la Lealtad Despojado. Y sus costaleros y costaleras se despojarán de todo, para entregarse en cuerpo y alma al Señor en su caminar por las calles cacereñas a los sones de la Banda del Humilladero.
Gracias a todas y a todos por dejarme vivir esta experiencia de fe y de afición a vuestro lado. En el próximo post, las imágenes de la Estación de Penitencia.
