09 octubre 2016

Sevilla corona a su Paz - Momentos y reflexiones

"No podemos permanecer indiferentes. Hoy el mundo tiene una ardiente sed de Paz. En muchos países se sufre por las guerras, con frecuencia olvidadas, pero que son siempre causa de sufrimiento y de pobreza...

 La oración y la voluntad de colaborar nos comprometen a buscar una paz verdadera, no ilusoria: no la tranquilidad de quien esquiva las dificultades y mira hacia otro lado, cuando no se tocan sus intereses; no el cinismo de quien se lava las manos cuando los problemas no son suyos; no el enfoque virtual de quien juzga todo y a todos desde el teclado de un ordenador, sin abrir los ojos a las necesidades de los hermanos ni ensuciarse las manos para ayudar a quien tiene necesidad. Nuestro camino es el de sumergirnos en las situaciones y poner en el primer lugar a los que sufren.

Paz, un hilo de Esperanza, que une la tierra con el cielo, una palabra tan sencilla y difícil al mismo tiempo. Paz quiere decir Perdón que, fruto de la conversión y de la oración, nace de dentro y, en nombre de Dios, hace que se puedan sanar las heridas del pasado. Paz significa Acogida, disponibilidad para el diálogo, superación de la cerrazón, que no son estrategias de seguridad, sino puentes sobre el vacío. Paz quiere decir Colaboración, intercambio vivo y concreto con el otro, que es un don y no un problema, un hermano con quien tratar de construir un mundo mejor. Paz significa Educación: una llamada a aprender cada día el difícil arte de la comunión, a adquirir la cultura del encuentro, purificando la conciencia de toda tentación de violencia y de rigidez, contrarias al nombre de Dios y a la dignidad del hombre."

Con estas palabras del Papa Francisco, pronunciadas en Asís para la Jornada Mundial de la Paz de 2016, te invito a que reflexiones conmigo, junto a María Santísima de la Paz Coronada, a través de las fotografías que gentilmente me cede una vez más Pilar Pérez Fotografía para dar esplendor a este post.

Del mismo modo que el 1 de Octubre de 2016 quedará marcado como una fecha inolvidable para la hermandad y el sevillano barrio del Porvenir, me gustaría que la invitación a la Paz que nos ofrece Francisco no pasara desapercibida. Especialmente en el seno de algunas hermandades y cofradías, cuyas juntas de gobierno se empeñan en teñir de negro los corazones de muchos cofrades que han entregado su vida, su trabajo, su sacrificio, al servicio de la corporación y que, por razones caprichosas e interesadas, se alejan del Perdón, de la Acogida, de la Educación, del Respeto, del Amor, de la Paz...

María es el vivo ejemplo y modelo de construcción de la Paz. Su Misericordia es Nuestra Esperanza. Ella, que no dudó ante el anuncio del ángel, aceptó con inmensa generosidad la llamada del Señor para convertirse en la Madre del Salvador, la fiel embajadora de la Paz para los hombres  de buena voluntad.

Que este memorable evento no caiga en saco roto y nos ayude a caminar por la senda de la fraternidad. Si Dios es Amor, los cofrades no podemos ni debemos seguir anclados en nuestro egoísmo personal, atentando contra la dignidad de nuestros hermanos, olvidando de dónde venimos, de que somos Iglesia y que nuestra fe nos obliga a caminar unidos en el Amor.

Un Amor cimentado en el Mandamiento de Jesús y no un Amor interesado que debilita las relaciones entre los hermanos, a los cuales ponemos en manos de los que gustan juzgar y criticar sin fundamentos, convirtiendo nuestras cofradías en "patios de vecindad" y dañando los corazones de los que se convierten en esa diana cuyos dardos están plagados de traiciones, venganzas, deslealtades y envidias.

Permítete, para terminar, que dedique este post a todos los capataces y auxiliares que en los últimos tiempos están siendo objeto de un linchamiento injustificado y, de un modo particular, a la persona de D. Antonio Santiago Muñoz y su equipo.