25 octubre 2012

Felicidades, Santa Juana Jugán (Hermanitas de los Pobres)

Hoy conmemoramos el nacimiento de Santa Juana Jugán, fundadora de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres, "mis hermanitas". Por tal motivo quiero acercarte unas breves reseñas, como ya he hecho en anteriores ocasiones, acerca de la vida y de la experiencia de esta Santa, que sin duda fue y es todo un ejemplo de amor y de servicio hacia los pobres, los ancianos, los necesitados.
 

 
Santa María de la Cruz Jugan, su nombre en el mundo era Jeanne Jugan,  nació en Cancale, Ille-et-Vilaine el  25 de octubre de 1792 y falleció en Saint-Pern el 28 de agosto de 1879).
 
Su padre, marinero como la mayor parte de los hombres de su región, se dedicaba a la pesca en Terranova. Cuatro años más tarde, desapareció en el mar. Su madre se queda sola para alimentar y educar a sus 4 hijos. Para ayudar a la familia, Juana, a los 16 años, se va como ayudante de cocina a una casa solariega cercana de Cancale. Se queda allí hasta la edad de 25 años. Después deja su casa para ir a Saint-Servan en donde trabajará como ayudante enfermera en el hospital “du Rosais”. A la petición de matrimonio de un joven marinero, ella responde :"Dios me quiere para El, me guarda para una obra que aún no está fundada".

En 1817, sale de Cancale hacia Saint-Servan. Entra al hospital de Rosais como ayudante de enfermería. Sale de este hospital en 1823 a causa de una fatiga inmensa. Es recibida en la casa de la señorita de Lecoq, con la que entabla una amistad. Juntas visitan a los numerosos pobres de la parroquia. Pero en 1835, la señorita de Lecoq muere. Dos o tres años más tarde, con una amiga, Françoise Aubert alquila un departamento en el número 2 de la calle du Centre, en Saint-Servan. Una tarde de invierno de 1839, ella abre la puerta de su casa y su corazón a una anciana ciega y medio paralizada, bruscamente reducida a la soledad y Juana le da su cama. Este gesto la comprometerá para siempre. Una segunda anciana sigue a la primera, después una tercera… En 1843, serán cuarenta, en torno a Juana y a sus tres jóvenes compañeras. Estas últimas la eligen como superiora de la pequeña asociación, que se encamina hacia una verdadera vida religiosa.

Pero pronto Juana Jugan será destituida de este cargo, reducida a la simple actividad de la colecta, ruda tarea de la que ella es la iniciadora, animada en esta iniciativa de caridad y de reparto por los Hermanos de San Juan de Dios. A la injusticia, Juana no responde mas que con el silencio, la delicadeza, el abandono. Su fe y su amor descubren en esta decisión el camino de Dios para ella y para su familia religiosa. A lo largo de los años, la sombra del ocultamiento se va extendiendo cada vez más sobre Juana Jugan. Los comienzos de su obra son falsificados. Vive 27 años puesta de lado (1852 a 1879), cuatro de ellos en la casa de Rennes, y los veintitrés últimos en La Tour St Joseph, (casa Madre de la Congregaciónde las Hermanitas de los Pobres desde 1856). A su muerte, el 29 de agosto de 1879, tiene 87 años y pocas Hermanitas saben que ella es la fundadora, pero su influencia entre las jóvenes postulantes y novicias, con las que comparte su vida a lo largo de estos últimos veintisiete años, es decisiva. A través de este contacto prolongado, pasa el carisma inicial, el espíritu de los comienzos se transmite.

Fue beatificada en 1982 por el Papa Juan Pablo II y canonizada el 11 de octubre de 2009 por el Papa Benedicto XVI.
 

La figura de Santa  Juan Jugán es inseparable de la de Jesús de Nazaret. Al igual que el vino a este mundo "a servir y no a ser servido", Santa Juana es sin duda alguna un ejemplo para cualquier católico y un modelo inigualable en devoción, humildad y caridad.
 
Las Hermanitas de los Pobres, siguiendo este hermoso modelo de amor al prójimo,  acogen, reconfortan, cuidan y acompañan hasta el fin a los ancianos que Dios pone en su camino y lo hacen respondiendo a la llamada de Cristo que las consagra en su amor por los votos de castidad, pobreza, obediencia y hospitalidad.
 
 
La Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo de Salamanca siempre ha tenido muy presente entre sus postulados el ejemplo y testimonio de fe que "nuestras hermanitas de los pobres" ofrecen desde un corazón enormemente generoso y pleno de amor a los demás. Ellas han sido y son, el mejor espejo en el que los jóvenes y no tan jóvenes de la cofradía nos hemos mirado. Esta tarde, a partir de las 17.30, está organizado un Bingo en la residencia de Salamanca coincidiendo con el aniversario del nacimiento de la Fundadora de la Orden. Esperemos que esta actividad sea símbolo de Esperanza para recobrar la presencia de la hermandad de San Benito en la Residencia, presencia que en los últimos meses ha tenido más sombras que luces, pero que con la ayuda de Nuestro Padre Jesús Despojado estoy convencido de que más pronto o más tarde volverá a tener.
 


Padre de los Pobres:
Tú que nunca rechazas la oración de los humildes,
escucha, te rogamos, la súplica que Santa Juana te dirige en nuestro favor.