Ha pasado prácticamente una semana y es imposible dejar de pensar, de recordar, de poner en valor todo lo acontecido el pasado sábado 5 de Octubre durante la Procesión Magna Mariana organizada en Cáceres con motivo del Centenario de la Coronación de su Patrona.
Y digo que es imposible porque Ella estaba allí. ¿Qué quién es Ella? Pues sencillamente, nada más y nada menos, que la Madre de Dios. O, dicho de otro modo, María Santísima de la Pureza. No sé si “Lealtad hecha Pureza o Pureza hecha Lealtad”, o ambas cosas.
El caso es que, desde el pasado mes de junio - algunos mucho antes - la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario de Fátima y Penitencial Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Lealtad Despojado de sus vestiduras, María Santísima de la Pureza y San Juan Evangelista de Cáceres puso la maquinaria en marcha para estar la altura de tan magno acontecimiento, nunca mejor dicho, y especialmente porque Nuestra Madre iba a llenar la capital cacereña con su Bendita Pureza.
Con la Junta de Gobierno a la cabeza y un nutrido número de hermanos y hermanas, allí estábamos los afortunados que teníamos la responsabilidad de ser sus costaleros y costaleras o los ojos de estos, como es mi caso. Estoy absolutamente seguro de que no todo salió como esperábamos, de que hay bastante que mejorar o corregir (al menos por la parte que a mí me toca) y también mucho que aprender.
Pero algo que no se puede negar es que todo se hizo como se hacen y se vienen haciendo las cosas en esta joven hermandad: con criterio, con rigor, con seriedad, con elegancia, con respeto, con ilusión, con trabajo, con sacrificio, con esfuerzo… ¡con Amor! Y con mucha Pureza.
No quisieron faltar a esta memorable cita Juan Jiménez González y Pablo Porras Castro, los imagineros artífices de ambas Sagradas Imágenes, junto al vestidor de las mismas Francisco Mira Montoro, y gentes procedentes de localidades cercanas y algún “despojado” procedente de Salamanca como José Ignacio González y Bruno Tejerina acompañados de Carmen e Isabel, Álvaro Izquierdo Molas, José Antonio Arroyo Villoria y Antonio Arroyo Miguel o el “reportero cofrade” Roberto García Luis (Flagelado3), entre otros y otras. Amén de Antonio Diaz, Alfredo Zapirain y Juan Luis Estévez (gracias una vez más) formando parte de la cuadrilla de costaleros.
Y, por supuesto, María del Pilar Pérez Gómez – Pilar Pérez Fotografía quien – objetivamente hablando – se ha superado con este macro e impresionante reportaje de fotografías (más de 300) y cerca de 2 horas de vídeo. Un trabajo que no comenzó el sábado, si no que ha estado presente en los ensayos del paso, sirviéndonos de gran ayuda. Gracias por acompañarme, por soportar este ritmo de vida que te impongo y por tus maravillosas fotografías sin más cuales no podríamos recordar que los sueños se hacen realidad si uno pone todo su corazón en que así sea. ¡Gracias Pilar de todo corazón y felicidades por tu onomástica que mañana celebraremos en tu honor y en el de la Virgen del Pilar!
Pilar, además de ceder su trabajo para este post, ha querido que las fotografías que recogen momentos de los miembros de la Hermandad de Jesús Despojado o de otras hermandades, no lleven marca de agua para que podáis guardarlas como recuerdo. Para hacerlo con toda la resolución, os aconsejo que abráis la fotografía en una ventana o pestaña nueva y después la guardéis en vuestro dispositivo.
Solo me queda dar las gracias igualmente a mi Hermano Mayor (Alberto Portillo, los que no sepan que aprendan) y a la Junta de Gobierno, a nuestro Director Espiritual (muchos como usted D. Diego Zambrano), a mis hermanos y hermanas, a los que nos acompañasteis desde Salamanca y otros lugares, a la Banda de Música de Zafra y a la Banda de CC yTT del Santísimo Cristo del Humilladero de Cáceres, etc.
Y, como no puede ser de otra manera, a mi capataz Jorge Sánchez (gracias por tu confianza y perdón por mis errores) y a mis compañeros de equipo de capataces, junto a mi gente, mi gente buena, mis chicas y chicos de la cuadrilla de costaleras y costaleros a los que me une algo más que la devoción a Jesús de la Lealtad Despojado y a su Bendita Madre de la Pureza: su afición, su pasión, su entrega y muchas horas juntos que unen, que hacen cuadrilla, hermandad y mucho cariño.