08 marzo 2021

Solemne Veneración a Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras (Salamanca 2021)

 

Las circunstancias condicionan nuestras vidas, pero el corazón es el que manda. Al menos en cuanto a devociones se refiere. Con todas las medidas de precaución necesarias, la Hermandad Sacramental, Mercedaria y de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo celebró el pasado sábado 6 de marzo de 2021 la Solemne Veneración a su Titular, Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras. 

Situado a los pies del presbiterio de la Iglesia de San Sebastián de Salamanca, el “Despojado” de Francisco Romero Zafra recibió a un buen número de devotos que acudieron a la llamada del Señor para presentarles sus oraciones, rogativas y agradecimientos. 

Para ello fue bajado del altar de cultos en el que había presidido el Quinario organizado en su nombre. El equipo de priostía – bendito trabajo el suyo – no escatimó tiempo y esfuerzo para que, con humildad, elegancia y buen hacer, Nuestro Padre Jesús Despojado se presentara de la forma más cercana posible a quienes le honraron con su presencia. 

María Santísima de la Caridad y del Consuelo, que pasó a ocupar el lugar dejado por su Hijo, observaba el trasiego de unos y otros durante las horas que estuvo expuesto a veneración del público, de 11.00 a 13.30 y 16.30 a 18.00, hora en la que dio comienzo el XV Pregón de la Semana Santa Joven, a cargo de Dª Lorena Mateos Muriel, Diputada de Cultos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado. 

Galería de imágenes de Angel Hernández Torres































































Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Galería de imágenes de Pilar Pérez Fotografía


































Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.