10 marzo 2018

X Aniversario Fundacional y Vía Crucis de Ntro. Padre Jesús Despojado (Salamanca)


El pasado sábado día 3 de Marzo los miembros de la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo celebramos una nueva jornada histórica. Cumplimos diez años desde que el Obispo de nuestra diócesis nos concedió la erección canónica y pasamos formar parte de la nómina de hermandades de penitencia de Salamanca.

Para ello, la junta de gobierno nos convocó a compartir una Eucaristía de Acción de Gracias en la recién estrenada sede canónica, la Iglesia de San Sebastián, que estuvo presidida por Monseñor Julio Parrilla Díaz S.D.B. misionero y Obispo de Riobamba (Ecuador 2013) quien pronunció, a mi juicio, una hermosa e importante homilía que guardaremos en nuestro recuerdo para siempre.

Al término de la celebración eucarística, hubo un momento para el reconocimiento a aquellas hermanas y hermanos que de un modo u otro hemos tenido y tenemos una aportación especial y significativa en la construcción de nuestra joven hermandad. Desde aquí quiero agradecer públicamente al hermano mayor y a la junta de gobierno este sencillo y sentido homenaje, cuyo recordatorio ocupará un lugar especial en mi casa y, por supuesto, en mi corazón.

Las inclemencias meteorológicas obligaron a cambiar los planes previstos en relación con el Solemne Vía Crucis con la Imagen Titular de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras, el cual hubo de celebrarse en el interior de la iglesia, lo que no restó participación y solemnidad.































































































Junto a este amplio reportaje gráfico cedido por María del Pilar Pérez Gómez, te acompaño el texto que en nombre de la hermandad leímos Álvaro Gómez Gómez y yo como actual y anterior hermanos mayores, respectivamente.

"Señor, hace diez años pusimos en tus manos todas nuestras ilusiones para dar forma a un proyecto que gracias a ti y al esfuerzo de muchos, se ha ido haciendo realidad. Tu Hijo, Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras, dijo a los suyos: “Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” Gracias por enviarnos tu Espíritu, que ha sido nuestra ayuda, guía y Consuelo desde nuestros inicios.

Inicios que, como bien sabes, no fueron fáciles. Tal vez esa desmesurada ilusión nos cegó en muchas ocasiones impidiéndonos cumplir con nuestra misión como a ti te hubiera gustado. Nos reconocemos pecadores y llenos de defectos (egoísmos, exceso de protagonismo, envidias e incluso odios). Muchos de ellos nos hicieron caer y cometer errores con los que no contábamos. Yo más que ninguno y te pido perdón por ello. A pesar de nuestros desaciertos, de nuestras desesperaciones y problemas, siempre sentimos tu aliento, tu amor, tu mano tendida para ayudarnos a levantar y seguir el camino que nos ha llevado hasta hoy. Nos diste paciencia, sabiduría y Esperanza para hacer crecer nuestro proyecto. Un proyecto basado en la fraternidad, la evangelización, la Caridad… y que va consolidándose y avanzando cada día tal conforme a lo que establecen nuestros Estatutos.

Gracias Señor por todas esas personas que formaron parte de nuestro sueño, haciendo más fuertes y firmes los pilares en los que se sustenta nuestra hermandad. Sin su aportación y entrega, y sin la intercesión de María, Madre de la Caridad y del Consuelo, no hubiéramos podido alcanzar nunca nuestro propósito de fundación de nuestra corporación.

-----------------------

La presencia Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras nos hace recordar cada día que tu Hijo se despojó de todo rango, asociándose al dolor de los hombres, solidarizándose con los que sufren física y moralmente, para redimirnos de toda situación de muerte y llevarnos a una nueva vida. Su mandamiento del Amor nos empuja y compromete con los más necesitados, con los pobres, los enfermos, los despojados. Su mirada, llena de ternura y amor, va más allá de nuestros pecados y prejuicios. Como dice el Papa Francisco, Jesús ve el bien futuro, nos ve con los ojos de Dios, con tus ojos Señor, y eso nos hace fuertes en la fe y en la entrega total y generosa hasta el fin, como testimonio de fidelidad y de amor fraterno.

Nuestra devoción a su Madre, María Santísima de la Caridad y del Consuelo, nos lleva a imitar su actitud con humildad, sin creernos más que nadie, sencillamente una hermandad que camina con decisión, con actitud cristiana, como Ella nos pide. María es nuestro mejor modelo, por lo que hoy también queremos manifestarle nuestro cariño y gratitud.

En nombre de todos los que integramos nuestra hermandad, gracias Señor por aumentar nuestra fe cuando nos entran las dudas; por abrazarnos cuando nos sentimos solos; por darnos paz cuando nos asalta la intranquilidad y la impaciencia; por consolarnos cuando estamos tristes y decaídos; por guiarnos de nuevo cuando nos apartamos del camino correcto. Gracias Señor por escucharnos, por tu presencia, por tu inmenso y misericordioso amor. Amén."