La fiesta de la Dedicación del Templo tiene raíces profundas. El primer libro de los Macabeos habla de ella (1 M 4, 36). El Nuevo Testamento nos dice que el mismo Jesús participó en la fiesta de la Dedicación del Templo de Jerusalén (Jn 10, 22).
Benedicto XVI, en la Audiencia General del 18 de noviembre de 2009, enseñaba así a los fieles: “La fe cristiana, profundamente enraizada en los hombres y mujeres de aquellos siglos, no dio solo origen a obras maestras de la literatura teológica, del pensamiento y de la fe. Inspiró también una de las creaciones artísticas más elevadas de la civilización occidental: las catedrales, verdadera gloria de la Edad Media cristiana”. Nosotros, en Salamanca, gozamos de una herencia preciosa: no una, sino dos catedrales que ofrecen lo mejor del románico y del gótico español. ¿Por qué no celebrar juntos gozosamente su fiesta? ¿Por qué no reunirnos este día bajo sus bóvedas y dar gracias a Dios siguiendo la antigua tradición? Pero… hay razones de más calado:
1 – ¿Qué es una catedral?
Juan Pablo II, en Pastores gregis, nº 34, responde: “La catedral es el lugar donde el Obispo tiene su Cátedra, desde la cual educa y hace crecer a su pueblo por la predicación, y donde preside las principales celebraciones del año litúrgico y de los sacramentos. Precisamente cuando está sentado en su Cátedra, el Obispo se muestra ante la asamblea de los fieles como quien preside in loco Dei Patris... Precisamente la presencia de ésta hace de la iglesia catedral el centro material y espiritual de unidad y comunión para el presbiterio diocesano y para todo el Pueblo santo de Dios… Aunque el Obispo ejerce su ministerio de santificación en toda la diócesis, éste tiene su centro en la iglesia catedral, que es como la iglesia madre y el punto de convergencia de la Iglesia particular”.
A esta pregunta responde el Ceremonial de los Obispos, nº 42: “La iglesia catedral es aquella en la cual el Obispo tiene situada la cátedra, signo del magisterio y de la potestad del pastor de la Iglesia particular, como también signo de unidad de los creyentes en aquella fe, que el Obispo anuncia como pastor de la grey”.
3 – ¿Qué es la Fiesta de la Dedicación de la catedral?
El nº 225 de la Ordenación General del Misal Romano, dice: “Las catedrales y las parroquias han de estar siempre dedicadas. Los fieles miren con especial respeto la iglesia catedral de su diócesis, así como la propia iglesia y las consideren como un signo espiritual de aquella Iglesia a cuya edificación y dilatación están destinadas en virtud de su profesión cristiana”. Juan Pablo II, el 20 de abril de 1999, escribió estas palabras con motivo del tercer centenario de la consagración de la catedral de Niza: “Mediante un acto litúrgico solemne, la consagración convirtió la catedral en centro de vuestra diócesis, dado que refleja su vida, como una casa refleja la vida de la familia que vive en ella. Es el lugar, abierto a todos, donde cada uno encuentra a Cristo, que llama a sus discípulos para alimentarlos con su palabra y su Cuerpo. Punto de referencia permanente de todos los diocesanos, está destinada a reunir a los fieles en «Iglesia-asamblea» y en «Iglesia-comunidad». La catedral debe ser considerada el centro de la vida litúrgica de la diócesis”.
4 – Invitación para la celebración anual de la Dedicación de la Catedral
Lo pide el Ceremonial de los Obispos en su nº 45: “Incúlquese en el ánimo de los fieles, por los medios más oportunos, el amor y la veneración hacia la iglesia catedral. Para esto es muy conveniente la celebración anual de su dedicación”.
Florentino Gutiérrez, Vicario General de la Diócesis de Salamanca
Ángel Rodríguez, Deán de la Catedral de Salamanca