La Iglesia de los Carmelitas Descalzos de Salamanca acogió desde el pasado día 8 de Julio la Novena dedicada a la Virgen del Carmen, una de las devociones marianas con mayor arraigo en nuestra ciudad. Cada tarde, a las 7:30 daba comienzo el Rezo del Santo Rosario y la Novena, continuando con la celebración de la Eucaristía, presidida este año 2009 por el Carmelita Descalzo de Salamanca, Fr. Sebastián García Marín.




Dentro de los actos que organizan conjuntamente la Orden de los Carmelitas Descalzos junto con el Carmelo Seglar y la Cofradía de la Virgen del Carmen, destaca la Ofrenda Floral que tuvo lugar el Martes día 14 durante la celebración de las 20:00 de la tarde, flores que fueron destinadas para el exorno y decoración del paso de la Santísima Virgen, que procesionó el día 16 en Solemne Rosario de la Aurora a partir de las 7:30 de la mañana.









El día de la Solemnidad y Fiesta de la Virgen del Carmen, se sucedieron varias celebraciones eucarísticas tanto por la mañana como por la tarde, siendo a las 20:00 (19:30 Rosario y Fin de la Novena) la celebración Solemne.



Durante los días de la Novena se instaló un puesto de venta en el que se pudieron adquirir libros pertenecientes a destacados miembros de la O.C. Descalzos, así como de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, etc., sin que falten los característicos escapularios, rosarios, estampas, etc.
Y por otro lado, y con profunda emoción, unas palabras cargadas de sentimiento para alguien que se va a desempeñar una labor que es todo un reconocimiento a su persona, a sus cualidades, a su espíritu, a su amor... Me refiero a mi admirado Miguel Márquez O.C.D., quien ha sido designado Superior Provincial de Castilla. Sin duda alguna vamos a notar su ausencia, aunque estoy seguro de que su magisterio continuará llegando hasta este bonito convento de la Orden de los Carmelitas Descalzos de Salamanca. (La cuadrilla de hermanos de paso le hizo entrega de un cuadro de la Virgen del Carmen durante el desayuno con el que cada año la O.C.D. agradece el esfuerzo y entrega por el trabajo de llevar a la Reina del Carmelo sobre sus hombros).
Gracias Miguel por todo lo que me has dado, por lo que me has enseñado y por haber fortalecido mi fe y mi corazón cada vez que lo he necesitado.