Sevilla es de las pocas ciudades de España que cuentan con el privilegio de poder celebrar la festividad del Corpus Christi en jueves, siendo considerada fiesta local y por tanto día dedicado al Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
La ciudad, las asociaciones de fieles, bien tengan carácter penitencial, sacramental, de gloria o de otra índole, se vuelcan desde días antes para que esta no sea una celebración litúrgica más, todo ello en una más que perfecta consonancia entre la diócesis sevillana, el cabildo catedralicio, la corporación municipal y, como he citado ya, las asociaciones de fieles.
Es por ello que las calles por donde discurre la procesión se alfombran con especialmente con romero y balcones, comercios y otros rincones se engalanan para la ocasión mostrando maravillosos altares que son admirados por propios y extraños, todo ello realizado bajo los cánones y el gusto que solo una ciudad, como la hispalense, puede hacer.
Desde las 7.30 de la mañana (el calor obliga a madrugar) los aledaños de la Catedral se convierten en un trajín de cofrades, de enseres procesionales y de muchos devotos que no quieren perderse un lugar de privilegio para presenciar el desfile. Por supuesto que otros muchos son fieles a la celebración eucarística que tiene lugar en el interior del templo y que concluye en torno a las 9.00 de la mañana, hora de comienzo de la procesión.
A título informativo, y para no cansarte con datos, decirte que en el cortejo destaca indudablemente la Custodia, que fue labrada en plata por Juan de Arfe en 1578, y que es llevada a ruedas. Junto a ella, son varios los pasos que procesionan, como el de las Santas Justa y Rufina; San Isidoro, San Leandro, todos ellos de Duque Cornejo (siglo XVIII); San Fernando, de Pedro Roldán (siglo XVII); La Inmaculada Concepción, de Alonso Martínez (siglo XVII) y el paso del Niño Jesús, de Martínez Montañés (siglo XVII). Las hermandades son las encargadas de correr con los gastos del exorno florar, así como de sacar dichos pasos con sus cuadrillas de costaleros.
Existe una especie de carrera oficial, parecida a la de la Semana de Pasión, que discurre desde la propia Catedral, a través de la Puerta de Palos, para seguir por la Avda. de la Constitución, Plaza de San Francisco, Sierpes, Cerrajería, Cuna, Plaza del Salvador, Álvarez Quintero, Chapineros, Francos, Argote de Molina, Conteros, Alemanes, Placentines, Plaza Virgen de los Reyes, y Catedral.
Un lugar destacado es la Plaza de San Francisco, donde se instala dos portadas, una cada lado de la plaza y que este año han estado inspiradas en la puerta de la iglesia de San Julián en conmemoración de su Sexto Centenario de la fundación de la Hermandad de la Hiniesta, imagen de Gloria que preside el altar ubicado en dicha plaza y que es trasladada la noche anterior para regresar a tu sede canónica en la tarde noche del propio Corpus.