Fe y devoción a Jesús Sacramentado entre los teológicos muros del Convento de San Esteban. Suma de voluntades, de amor y compromiso el que cada año concita a la Orden de Predicadores y a los miembros de la Archicofradía del Rosario de Salamanca.
Solemnidad y sobriedad; oración y cantos, juventud y veteranía… Y Pedro y Pablo como invitados de excepción en el día de su onomástica.
Juntos, como hermanos, escuchamos la Palabra y compartimos el banquete eucarístico, antesala de la procesión claustral por el marco incomparable, testigo de tantos e importantes hechos de nuestra historia universal.
De vuelta al templo, frente al retablo barroco de Churriguera, nos postramos ante ti para adorarte y expresarte nuestra fe, nuestro amor, nuestra gratitud. Y Heliodoro Ordás estaba allí.
Tantum ergo Sacraméntum,
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.
Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Amen.
Venerémur cérnui:
Et antíquum documentum
Novo cedat rítui;
Præstet fides suppleméntum
Sénsuum deféctui.
Genitori Genitóque,
Laus et iubilátio;
Salus, honor, virtus quoque,
Sit et benedíctio;
Procedénti ab utróque
Compar sit laudátio.
Amen.
Veneremos, pues, postrados
tan grande Sacramento;
y la antigua imagen ceda el puesto
al nuevo rito; la fe reemplace
La incapacidad de los sentidos.
Al Padre y al Hijo
sean dadas alabanza y gloria,
salud, honor, poder y bendición;
una gloria igual sea dada a
aquel que de uno y de otro procede.
Amén.