Como te contaba en el anterior post, dos han sido las jornadas a lo largo de las cuales, la comunidad de la Residencia de Ancianos de las Hermanitas de los pobres ha querido celebrar, festejar o rendir su pequeño homenaje a cinco de sus hermanitas, Sor Genoveva, de Sor Pilar, de Sor Adela, de Sor Cecilia o de Sor María del Carmen, con motivo de sus Bodas de Oro.
Y al margen de la celebración religiosa, dos fueron los momentos más destacados que complementaron el programa de actos elaborado a tal fin. Actos que se han venido organizando desde hace varios días, todos ellos con el firme propósito de ensalzar a estas grandes mujeres y en los que amor, gratitud, entrega y grandes dosis de capacidad, experiencia y, por qué no decirlo, mucho arte, han contribuido a que todos los que hemos tenido el honor de compartir esos momentos, lo hayamos hecho con gozo, alegría y felicidad, que también hay que decirlo.
La tarde del viernes 7 de Junio la cita estaba en el Salón de Actos de la Residencia. A las 17,30 y tras unas primeras palabras a cargo de la Madre Superiora, Sor María Gloria Teresa, fueron los ancianos, los residentes, quienes pusieron todo su amor para agradecer a “estos ángeles seguidoras de Santa Juan Jugán” todo lo que por ellos hacen cada día.
Una representación sobre la vida de la fundadora, no solo llevó la emoción a la sala, sino que sirvió para que muchos conociéramos a través de la pequeña obra, cómo se fundó la obra, las vicisitudes por las que pasó Santa Juan Jugán y, especialmente, como los nervios y el cariño de los “actores” se mezclaban para, por unos minutos, llegar hasta el corazón de las homenajeadas y de cuantos nos congregamos en el coqueto teatro de la residencia.
Finalizada de la representación, tuvieron lugar otras de carácter individual, que hicieron de las delicias de los presentes, contribuyeron a animar el espíritu y dejaron un buen sabor de boca que tendría su continuación en la tarde del sábado.
Te puedo contar que la velada de la tarde del 8 de junio fue toda una suma de arte procedente de distintos lares, culturas y saberes. Desde los canciones propias de la tierra, a cargo del “Grupo Joven de Charros” de la Asociación Juana Jugan de Salamanca – jóvenes de espíritu, se entiende – pasando por las Carmelitas Misioneras de la Caridad procedentes de casi todos los continentes, que ofrecieron un colorido y vistoso repertorio de bailes procedente de El Salvador, África, Colombia, etc. o las Sevillanas de la Asociación Cultural de Andalucía en Salamanca.
Y, como “postre” la espontaneidad de algunos residentes, como Eleuterio o Elena, para los que la edad no es un obstáculo, más bien lo contrario, para derrochar arte, experiencia y mucho, mucho cariño.
En definitiva, que fue un broche festivo a dos días agotadores físicamente para quienes han tenido la responsabilidad de organizar o coordinar todos y cada uno de los actos, pero que estoy convencido que han supuesto toda una dosis de Esperanza para continuar con esta obra con la que me gustaría estar más implicado pero que no siempre me resulta posible.
Te dejo con unas cuantas fotografías de cada velada y algunos vídeos de las actuaciones que espero te gusten. Gracias por permitirme compartir contigo estos momentos de felicidad por los que doy gracias al Señor, pues él me llevó hasta allí de la mano de Su Hijo, Jesús Despojado, para “servir y no ser servido”.