La víspera del Corpus Christi y la propia jornada del jueves, Sevilla se viste con altares en la calle, escaparates o balcones situados a lo largo del itinerario por el que transcurre la procesión eucarística. Exornos que contienen expresiones litúrgicas que hacen referencia a la propia Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo y que en algunos casos participan en el Concurso convocado por el Ayuntamiento hispalense.
Es un lujo pasear por Sevilla, recorrer sus calles entre el manto que la juncia y el romero conforman la mejor alfombra para que Jesús Sacramentado procesione acompañado de cofrades de todas las categorías y edades. Sevilla es más Sevilla en estas jornadas, que solo se asemejan a las vividas en la Semana de Pasión.
Y por si todo ello no fuera suficiente, este bloguero tiene la dicha, desde hace unos años, de contar con dos buenos anfitriones como compañía, Alejandro e Inma, de la Hermandad de Jesús Despojado, con los que no solo admiro el esfuerzo, trabajo y dedicación plasmado en la exquisita ornamentación que mas abajo te muestro, sino que es una perfecta escusa para acrecentar la amistad, intercambiar sueños e ilusiones y, como no, degustar unas tapitas regadas con la fresquita Cruz Campo.
Al final de la tarde se hace presente la Virgen de la Hiniesta acompañada musicalmente por la Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de El Carmen de Salteras, que con aires macarenos la conduce hasta ese altar de privilegio desde el que presidirá el paso del cortejo procesional.