Madre de la
Caridad y del Consuelo, Tú
que eres paz y luz de las naciones, pon fin a la espiral de terror y
sufrimiento que estamos sufriendo en distintos lugares del mundo y muy
especialmente en todo el Oriente Medio. Intercede en Tu Hijo, Jesús Despojado, para que envíe su Espíritu a los dirigentes de
estos países en guerra. Y que el
diálogo, el valor del amor y la fraternidad se impongan a tantas e innecesarias
muertes provocadas por el terrorismo y los extremismos radicales.