Ni el oro de su corona,
ni las joyas de su pecho
pueden pagar en derecho
la pena que la abandona
y ella todo lo perdona
sin castigo ni exigencia:
la Esperanza es su Sentencia.
!Virgen de la Esperanza! En tu morena
cara divina el sevillano día
toma toda la luz de su poesía...
Mañana de cristal, tarde serena.
Virgen de la Esperanza! !Macarena!
Y una explosión de sol y de armonía,
y un fluir generoso de alegría ...
!Y un sentir que está el alma toda llena!
Virgen de la Macarena
mírame tú, cómo vengo,
tan sin sangre que ya tengo
blanca mi color morena.
Que pueda, Virgen, que pueda
volver con sangre a Sevilla
y al frente de mi cuadrilla
lucirme por la Alameda
¡La más bonita del barrio!
Llévame contigo al cielo
y enséñame aquellas cosas
a mí, que soy macareno.
Madre mía de la Esperanza,
Novia de los macarenos!
¡La de la noche en los ojos!
¡La de la gracia en el cuerpo,
bordado de lentejuelas
como el cuerpo de un torero!
¿Por qué lloras, Madre Mía,
tan hermosa y doloría,
si no hay en la Macarena
quien no te ofrezca su vía
para quitarte la pena?
Igual que ayer permanece.
Sale poco de su casa.
Mas cuando sale traspasa
la muralla y la florece.
Tan adornada, parece
una novia en el balcón.
¡Dios te salve, Macarena,
Madre de los sevillanos,
Paz y vida!
¡La que alivia toda pena;
la que cura con sus manos
toda herida!
Textos de distintos fragmentos de poemas dedicados a la Esperanza Macarena. Fotografías realizadas y cedidas por MPPG.