Mucha es la legislación que desarrolla la protección del menor y de una manera concreta en Internet (Redes Sociales, Webs, Facebook, Tuenti, etc.) y a fe que estoy absolutamente de acuerdo en que sea así. Es más, considero que nunca es suficiente y que quizás existan lagunas legales en cuanto al papel que han de jugar los tutores y/o progenitores para que dicha legislación se cumpla en su integridad.
Nuestra Constitución, Unicef, la Ley Orgánica de Protección de Datos, etc. son algunas instituciones y normas que desarrollan esta complicada situación, amén de innumerables sentencias de distintas instancias, encaminadas siempre a garantizar y salvaguardar la intimidad de los más pequeños.
De hecho, ya nos hemos acostumbrado a ver en algunos medios de comunicación (revistas y programas de televisión fundamentalmente) como se pixelan los rostros de los menores de 14 años, o se les “planta” un rectángulo oscuro a la altura de los ojos, para preservar la citada intimidad, aunque al fin y al cabo, todos sabemos que es el hijo o la hija de tal o cual personaje.
La cuestión, con los avances tecnológicos, se ha traslado hasta Internet y aunque lo más llamativo, como no podía ser de otra manera, son las continuas denuncias y persecuciones contra la pornografía infantil, no es menos cierto que algunos padres, en el uso de sus obligaciones paternales y al amparo de la citada legislación, han presentado denuncias por encontrarse fotografías de sus hijos en determinados espacios virtuales sin su consentimiento.
Y he aquí, que en la tarde de hoy, este blog y quien lo dirige, promociona y mantiene, no ha sido ajeno a una denuncia, amenaza o aviso, en este sentido. El padre de dos menores me ha solicitado: “por favor, quita las fotos de mis hijas de tu blog que has subido sin mi autorización. Espero que las quites en breve sino me veré dispuesto a tomar medidas legales. Muchas gracias.”
Te confieso, como luchador a veces sin mesura de lo que considero injusto, de los atentados contra la libertad, etc., que no he reparado lo más mínimo en cumplir escrupulosamente lo que dice la ley y así evitar que el papá de las niñas no tenga que verse dispuesto a tomar medidas legales contra mí, lo que le originaría, sin duda, tener que emplear tiempo, dinero, contratar abogados, procuradores, etc. No seré yo quien contribuya a ello, pues antes que cualquier blog, por muy blog que sea, está la intimidad de dos niñas y si su papá no quiere que salgan fotografiadas vestidas de pajes en una fiesta de Reyes Magos, o junto a unos ancianos en una fiesta, o en un acto público, está legítimamente autorizado para ejercer su derecho.
Concluyo pidiendo disculpas tanto a las dos niñas como a sus padres, por haber abusado de la confianza que en su día me depositaron, esperando no haber causado ningún daño irreparable por la publicación de dichas fotografías. Siento igualmente que aquellas personas que salían fotografiadas a su lado, ya no se vean aquí reflejadas, pero evidentemente para cumplir con la ley y con el deseo del papá, no he tenido otra opción que eliminar todas y cada una de las imágenes donde ellas salían.