Tras visitar el Centro Asistencial de Madres Solteras “Ave María” de Santa Marta de Tormes (Salamanca), SS.MM. Los Reyes Magos, a petición de la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo partieron rumbo a la Residencia de Ancianos “Mamá Margarita” de Béjar, donde la víspera de la Epifanía les esperaban los 120 residentes, junto a los trabajadores y trabajadoras del Centro, familiares y la Directora del mismo, Dª Ana Vecino.
A las 17.30 y antes de que los Magos aparecieran en el amplio solárium adornado para la ocasión, la mencionada Ana Vecino fue explicando a los ancianos y ancianas que los Reyes Magos de la Hermandad, en colaboración con la Residencia, querían estar esa tarde con ellos ya no solo para hacerles entrega de sus regalos, sino también para compartir momentos de alegría, ilusión y felicidad.
De este modo y manera, y junto a la Virgen, San José y el Niño Jesús, Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron su “entrada triunfal” a través de la rampa de acceso al solárium. María, una de las supervisoras, junto a otras trabajadoras del centro, había preparado todo con sumo gusto y cariño, para que la organización del acto estuviese a la altura de los verdaderos protagonistas de la tarde: los ancianos de “Mamá Margarita”.
Uno tras iban siendo nombrados para que bien se acercasen hasta los Magos o bien estos fueran a su ubicación y le hiciesen entrega de su regalo, con lo que la expectación en sus rostros era algo digno de observar. Señalar que no faltaron quienes aportaron momentos de emoción y de alegría, pues conviene deciros que entre los residentes de este bendito centro se encuentran “personajes” que además de tener unas cualidades humanas, también saben cantar, recitar poesías, bailar…
Una vez finalizada la entrega de regalos, se procedió a besar al Niño Jesús, acto cargado de un especial simbolismo y que pone de manifiesto la devoción que los mayores tienen también al Niño Dios.
Fueron sin duda dos horas inolvidables, que sirvieron no solo para llevar un poco de amor a estas 120 maravillosas almas, sino también para que una vez más sintamos la grandeza de la generosidad de gentes como Paco, Laura, Mari Cruz, Andrea, María, Antonio, etc. etc. y así hasta completar la larga lista de estos “niños grandes” que a través de su mirada, de su sonrisa, de sus lágrimas, contribuyen a que nuestro corazón esté a punto de abandonar nuestro cuerpo para quedarse entre ellos.
A las 17.30 y antes de que los Magos aparecieran en el amplio solárium adornado para la ocasión, la mencionada Ana Vecino fue explicando a los ancianos y ancianas que los Reyes Magos de la Hermandad, en colaboración con la Residencia, querían estar esa tarde con ellos ya no solo para hacerles entrega de sus regalos, sino también para compartir momentos de alegría, ilusión y felicidad.
De este modo y manera, y junto a la Virgen, San José y el Niño Jesús, Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron su “entrada triunfal” a través de la rampa de acceso al solárium. María, una de las supervisoras, junto a otras trabajadoras del centro, había preparado todo con sumo gusto y cariño, para que la organización del acto estuviese a la altura de los verdaderos protagonistas de la tarde: los ancianos de “Mamá Margarita”.
Uno tras iban siendo nombrados para que bien se acercasen hasta los Magos o bien estos fueran a su ubicación y le hiciesen entrega de su regalo, con lo que la expectación en sus rostros era algo digno de observar. Señalar que no faltaron quienes aportaron momentos de emoción y de alegría, pues conviene deciros que entre los residentes de este bendito centro se encuentran “personajes” que además de tener unas cualidades humanas, también saben cantar, recitar poesías, bailar…
Una vez finalizada la entrega de regalos, se procedió a besar al Niño Jesús, acto cargado de un especial simbolismo y que pone de manifiesto la devoción que los mayores tienen también al Niño Dios.
Fueron sin duda dos horas inolvidables, que sirvieron no solo para llevar un poco de amor a estas 120 maravillosas almas, sino también para que una vez más sintamos la grandeza de la generosidad de gentes como Paco, Laura, Mari Cruz, Andrea, María, Antonio, etc. etc. y así hasta completar la larga lista de estos “niños grandes” que a través de su mirada, de su sonrisa, de sus lágrimas, contribuyen a que nuestro corazón esté a punto de abandonar nuestro cuerpo para quedarse entre ellos.
Fotografías y vídeo realizado por Amanda Hernández para la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Despojado.