El pasado jueves la Hermandad de la Paz de Sevilla nos sorprendía - al menos a mi - con el inesperado cese de Antonio Santiago Muñoz de su condición de capataz general de la misma, hecho que se hacía público a través de la web de la corporación del "porvenir" y que te transcribo para tu conocimiento:
La Junta de Gobierno de la Hermandad de la Paz ha decidido
en el día de ayer nombrar a nuestro hermano Ernesto Sanguino Gómez nuevo
capataz general de la cofradía.
Esta difícil decisión se produce por la pérdida paulatina de confianza en nuestro hermano Antonio Santiago Muñoz. Asimismo la Junta de Oficiales valora y agradece la labor desempeñada por Antonio Santiago y su equipo a lo largo de todos años al frente de la cuadrilla de costaleros de la hermandad.
La Junta de Oficiales ha valorado la experiencia y capacidad demostrada por nuestro hermano Ernesto a lo largo de más de 30 años desempeñando esta labor como segundo capataz en nuestra Hermandad.
Ernesto Sanguino asumirá sus funciones a partir de la próxima salida de la Virgen del Prado el día 21 de mayo.
Como no podía ser de otra manera, aunque algunos se empeñen en calificarlo de lo contrario, "mi capataz" Antonio Santiago se ha despido de sus costaleros como lo hacen los caballeros, como lo hace la buena gente, desde el corazón y con la educación que le inculcó su padre y maestro Manolo Santiago. Una despedida en forma de carta que hoy aparece publicada en determinadas webs cofrades y que igualmente quiero compartir contigo:
Hace apenas, 24 horas, se me informaba que era cesado como
capataz de la Hermandad de La Paz. Me imagino que esta noticia es ya de
conocimiento general.
Tenéis que tener en cuenta que las personas, capataces,
contra guías, costaleros, aguadores, acólitos, nazarenos, oficiales de Junta y
Hermanos Mayores, pasamos, pero la Hermandad, que es mucho más que todo esto,
queda.
Vosotros tenéis que seguir entregando al Moreno del Porvenir
y a su Madre de La Paz, a todo aquel, que cada Domingo de Ramos, se cruza con
su mirada. No olvidaros que sois los pies del Señor y de la Virgen.
Seguid manteniendo ese espíritu de entrega y sacrificio, ese
del que presumen Los Legionarios del Porvenir, que nos inculcó mi padre, Manolo
Santiago, aunque no haya al frente de la cuadrilla un Santiago.
Afortunadamente, donde tenemos que rendir cuentas es ante el
Señor, llenad vuestro espíritu de El y de su Madre. Todo por el Señor de la
Victoria, todo por la Virgen de La Paz, que en definitiva es todo por nuestra
Hermandad.
Acordaros de mi y de los míos , mi sentimiento esta con
ustedes, mi cariño con ustedes, mi alma con ustedes y muero por ustedes.
Un fuerte abrazo de este Legionario del Porvenir que ha
tenido la suerte de estar junto a vosotros 38 años.
Antonio Santiago.
El mismo jueves, en mi perfil de Facebook, no quise esconder lo que esta noticia me había producido, así como mi opinión y solidaridad con la familia Santiago y su equipo de auxiliares, Creo que la lealtad hay que demostrarla todos los días, pero especialmente cuando se dan situaciones como esta. Como te decía, esta era mi opinión que hoy hago pública también a través de mi blog:
Hoy no quiero terminar el día sin dedicar unas palabras a
quien considero amigo y, por supuesto, mi CAPATAZ.
A lo largo de más de 10 años trabajando a su lado he podido
conocer a Antonio Santiago capataz y Antonio persona. Tal vez muchos no hayan
tenido ese privilegio. Tanto en un sentido como en otro, he ido descubriendo a
una persona que ama y da su vida por lo que quiere y siente: desde sus hijos,
su trabajo, sus pasiones, sus devociones...
Mucho de lo que soy en este mundo del costal se lo debo a
él. A su lado he aprendido, compartido, sentido y, desgraciadamente,
descubierto que la envidia es un problema que en las hermandades hace un daño
enorme. Y que él tampoco está exento de ser centro de los dardos de muchos
envidiosos.
Que Antonio Santiago no es perfecto como capataz ni como
persona; que comete errores, que tiene defectos, que no siempre es tan
accesible como quisiéramos o que puede parecer que su corazón es de piedra, son
elementos que no voy a descubrir ahora. Pero lo que no admito es que se le
calumnie, se le juzgue cada día, se le haga daño por el hecho de ser uno de los
mejores capataces o por sacar más pasos que nadie.
La noticia de su reciente cese como capataz general de una
de las hermandades "por la pérdida paulatina de confianza " considero
que es un golpe bajo tanto en la forma como en el fondo. Respetable, por
supuesto, pero a mi juicio tremendamente desafortunada y hecho con muy mala
leche.
Mi apoyo incondicional para él, para su hijo y capataz
Antonio Santiago Cabello y todo el equipo de auxiliares. No sé que pensara
Manolo Santiago desde el cielo. Un abrazo de Esperanza y "el que no sepa
que aprenda"
(Podéis llamarme pelotas o come pollas, no voy a cambiar mi
forma de sentir al respecto)