Como habrás podido comprobar, querido/a seguidor del blog, últimamente no me prodigo mucho en plasmar reflexiones o vivencias propias. No es que no las tenga o no existan en mi vida. Al contrario. Desde que asumí la máxima responsabilidad al frente de la hermandad de Jesús Despojado, es difícil de encontrar tiempo para escribir en el blog, limitándome como sabes a subir aquellos acontecimientos más relevantes del ámbito cofrade, generalmente.
Pero hoy estoy dispuesto a robarle tiempo al tiempo, pues como dice el titular, hoy “tengo una familia nueva”. No te alarmes, no es que haya renegado de la mía, de la que me siento tremendamente orgulloso. Se trata de la “familia” que el Señor ha puesto en mi camino: La comunidad ABBA de Fe y Luz de Salamanca.
No quiero robar espacio a este post descubriéndote qué son las comunidades de Fe y Luz (http://www.feyluz.com/fe-y-luz.html). Solo decirte que Fe y Luz nació “del deseo de ayudar a las personas con discapacidad mental (más o menos grave) y a sus familia, a encontrar su sitio en el seno de la Iglesia y de la sociedad. Es un movimiento cristiano y comunitario. El corazón de estas comunidades son las personas afectadas por esta discapacidad. En estas comunidades, están rodeadas de sus familias (especialmente de sus padres) y de amigos, particularmente jóvenes, para que estas personas afectadas puedan ejercitar sus capacidades de descubrir la alegría y la amistad y también, para que sus padres reciban un apoyo en su sufrimiento, lo que les permite percibir mejor la belleza interior de su hijo.
Las comunidades que componen Fe y Luz no son comunidades de vida, sino comunidades cuyos miembros se encuentran regularmente (una vez al mes) y crean entre ellos vínculos cada vez más profundos por el compartir de las propias dificultades y esperanzas, por la celebración de fiestas, por la oración y por la Eucaristía y (o) por otras celebraciones religiosas”.
Y gracias a la invitación de Álvaro y de Maitane, poco a poco me he ido acercando a Fe y Luz, viviendo desde la cercanía algún acto en el que los chavales, sus padres y amigos, han puesto de manifiesto lo que anteriormente te contaba. Y uno de esos actos, o de esos momentos, tuvo lugar con motivo de los DED – JMJ 2011 en Salamanca, en el que las comunidades de Fe y Luz de Salamanca quisieron dar testimonio de lo que son, de lo qué viven, de cómo lo viven, a varios cientos de jóvenes que estuvieron en nuestra ciudad en los días previos a la visita del Papa.
Hay alguien por quien profeso un profundo cariño y, por qué no, admiración. Es Eneko. Eneko tiene una discapacidad que evidentemente le impide llevar una vida normal en plenitud, pero he de confesarte que es un chaval tremendamente inteligente, observador, despierto y, lo más grande, con un corazón inmenso que cada vez que tengo la oportunidad de estar cerquita de él me entrega con todo el amor que Miguel y “Muski” le han ido sembrando a lo largo de su vida.
El, Eneko, como Jorge, Amada, Fran, José Luis, Rosita, Iván… son esa otra gran familia que Jesús me ha obsequiado. Junto a personas como los citados Álvaro o Maitane, se encuentran “gentes” con un carisma especial: Raúl, Laura, Fructuoso,… que son capaces de ponerte el corazón de Jesús en tus manos a través de los chavales. El se hace presente en cada uno de los chicos y chicas. Y sus palabras, son Su Palabra.
Hoy era el primer encuentro del presente curso y también mi primer encuentro. Un encuentro que se enmarca dentro de un año especialmente importante para Fe y Luz, pues se cumplen 40 años desde su fundación, y por ese motivo peregrinaremos de nuevo a Lourdes a primeros de Julio próximo.
Pero volviendo a mi primer encuentro, te cuento que al principio me he sentido raro, preocupado, excesivamente responsabilizado… Y eso que me habían avisado que los “amigos de Fe y Luz” no somos “enfermeros de Dios”. Lo que pasa es que uno tiene su “deformación cofrade” un tanto arraigada y me creo que todo hay que verlo desde la vertiente de la caridad. Tras mi presentación formal (y tan formal) me he dado cuenta de que debía de cambiar el “chip” o no iba a enterarme en toda la tarde del verdadero significado de lo que luego he podido vivir, disfrutar, compartir, sentir…
El equipo de coordinación, con Laura al frente, nos ha ido llevando de la mano para vivir momentos emotivos, recordando actividades del curso pasado, las vacaciones en Isla, la JMJ, los cumpleaños… Ha habido momento para cantar “bienvenido, bienvenida, a nuestra casa…” Y también lugar para escuchar y reflexionar sobre la Palabra, sobre las enseñanzas de Jesús, que a la vez se han convertido para mí en enseñanzas procedente de los testimonios del grupo. Jo, y yo que iba de “listo”… Uno se queda “pillado” cuando escucha las palabras de los chicos cuando se refieren al Señor en sus vidas… ¡Cuánto me queda por aprender!
Después, en la parroquia de la Purísima, sede de la comunidad Abba, hemos compartido la celebración de la eucaristía y he tenido la oportunidad de dar gracias a Dios por dirigir mi vida y mi destino hacia Abba y también a la Santísima Virgen, por darme su Esperanza a través del amor de cuantos forman parte de la comunidad.
Al final, hemos compartido lo que cada uno lleva para ponerlo en común y pasar un rato de fiesta, de alegría, de intercambio de amistades, entre una deliciosa tortilla de patatas, un vino de la Ribera del Duero o un pedazo de bollo que espero no falte en ningún encuentro.
En definitiva, hoy he descubierto un motivo más para dar sentido a mi vida cristiana, una razón más para no dudar de mi fe y un perfecto lugar para encontrar el amor de Jesús.
“Tú eres Mensajero de la Alegría” – 40 Aniversario Fe y Luz